miércoles, 14 de enero de 2009

ESPÍRITU Y MATERIA.

Los de arriba querían
Y los de abajo también querían saberlo.
Espíritu y materia;
Ciencia y magia,
Confirmación o ausencia.
Vacío o proyección de la materia.
Espíritu,
Espiritual marea,
Búsqueda del color en la paleta.
Reverencias del hombre a un ser ausente;
Ausente el hombre mismo se deshace.

La luz fundacional,
La primigenia que se hizo visible,
Ojos que eran entonces color y transparencia;
Materia inanimada,
Irradiación del ser, sin existencia,
Sin nada, entre la nada, donde el todo,
Comenzó a caminar desde la sombra.

Cómo se hizo uno y el otro en la retina:
Espíritu y materia;
Antes que fuera el soplo,
Y el soplo;
¿Qué era el soplo?
Si no estábamos, ni tú ni yo y el otro,
Ni los inanimados ni los brotes,
Porque el brote es materia,
Y en ese tiempo,
La materia no era, según dicen.

Todo es cábala, hasta lo inacabable.
El principio y el fin tienen comienzo,
Que al voltearse encuentran los finales,
Y el hoyo crece y crece, hasta diseminarse,
Bajo el campo estelar de las estrellas;
Bajo tu sombra,
Donde desapareces y te duermes,
Hasta desintegrarte, paso a paso.

Espíritu.
Qué es esa baza de agua,
El movimiento;
El aire que te habita y no tocas
Y la respiración o los sonidos;
Todo lo imaginado jamás visto.
El instinto que llega y se te cuela,
O el suspiro y el eco que se escapan,
Después, la sombra se revierte,
Y sale caminando en la madeja.

Materia.
Eso que se concreta y se disuelve.
Eso que pisoteas, que sostienes,
Que se fija de paso a la cintura,
Apuñados de amor, sangre de espíritu:
Cantada desde afuera como salmos,
Disoluta en la sal y en la corriente;
A golpecitos para probar tus fuerzas.
Inmaterial manera de chalarte,
De hacer deconstrucción en la retina,
Al buzonear tu sombra,
En los escaparates de la nada.

Espiritual y material:
Dos machos masculinos potenciales,
Sin hembras para la descendencia,
Potestativos lúpulos de barro;
Marisma de la mente trasnochada.

Decidme.
La masculina forma del espíritu,
Inseminó sin nada la materia,
Que era el todo
Y ambos se fundieron, dando lugar al ser,
Materia errante;
Después se separaron nuevamente,
En forma de sustancias transitivas,
Sobre un eje de formas y conceptos;
Creados e increados,
Bajo el blasón del agua.

Decidme.
Cómo tú que no estabasHasta ayer o hasta hoy,
Afirmas y confirmas los suspenses,
De esa manía circular del sueño;
Que desde el ser vacío y disoluto:
Focalizas y enfocas los contornos
De algo que siempre fue;
Que siempre ha sido.
Cuando nadie ni nada parecía,
Tener forma ni modo, ni sonido,
Sobre las dimensiones abisales,
Que no tenían maneras de entenderse,
Si no fuera porque antes,
Todo estuvo en su sitio como hoy,
Cuando los nombres no existían,
Y nada era nombrado,
Porque identificarse es un asunto de hombres,
Que desconfían los unos de los otros.

Espíritu,
Sosiégate y espérame.

Materia,
Ya que tengo a los dos, en mis dominios,
No voy a subvertirlos.
No voy a interponerlos;
Los dejaré en su sitio a cada uno,
Cumpliendo sus labores ancestrales,
De imaginar y ser imaginados.

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