domingo, 3 de marzo de 2013

Texto Ogsmande Lescayllers. Analista político.

                                                         


YOANI SÁNCHEZ Y EL MERCADO DE LA BASURA.
    Por Ogsmande Lescayllers.
Cuando se hace valer lo que no vale la quiebra del mercado está garantizada. “La mercancía es la expresión monetaria del capital” decía Carl Marx, pero Marx dijo mercancía, no basura. Indudablemente la basura hoy también tiene su precio, la basura como objeto de compraventa; ese es el caso de la bloguera cubana Yoani Sánchez: basura de consumo Made In USA, con el fin de  convertir la bazofia en abono para terrenos infértiles, entiéndase: mentes vacías, odios viscerales, cabezas huecas, enemigos fracasados, cubanos Made In USA.
Me gustaría saber en qué mundo vive Yoani Sánchez y a qué tipo de patria aspira. Porque quien denigra a su patria y abraza la causa de los enemigos de esta o es un oportunista, un necio un payaso de feria o quizás todas estas cosas juntas. Porque, somos sabemos, la estupidez humana no tiene límites.
¿Puede alguien que esté en sus cinco sentidos, pensar que la patria le agradece conspirar contra ella mintiendo reiterada e impune mente?
Las frivolidades de Yoani Sánchez y el show mediático que la sustenta son bochornosos, sobre todo si conocemos y analizamos la situación de los gobiernos y los países por donde se mueve.
Claro que Cuba tiene problemas, muchos problemas con el sistema democrático, los derechos humanos y las libertades en los medios de comunicación, eso para nadie es un secreto, pero estos mismos problemas no son en nada distintos a los que ocurren en cualquier país de Europa y ni siquiera se aproximan, en cuánto a libertades y derechos, que los que ocurren cotidianamente en los Estados Unidos de Norteamérica. Allí, como en ninguna otra parte del mundo están concentradas todas las mafias del planeta, y el 73,25% de todos los males que acarrean la humanidad: drogas, violencia, desamparo, torturas, miseria, asesinatos, armas, analfabetismo, desamparo sanitario,  racismo, paro, etc. ¿Esta es la sociedad a la que aspira Yoani Sánchez y en la que pretende vivir como bloguera? Creo que un tonto con encefalograma plano lo tendría más claro.
Desde luego, sólo de leer lo que escribe y sobre todo, cuando escuchamos los argumentos de Yoani, nos damos cuenta de quienes son sus profesores de kínder.
Para aquellos que desde el exterior pagan y malgastan su tiempo y sus dineros considerando que Yoani Sánchez es un triunfo, sepan que se equivocan. No se puede hacer patria con antipatriotas. Entiéndase de una vez y por toda, Cuba, en contra de lo que piensan estos “avispados” de la propaganda y manipuladores de la política, e incluso la propia Yoani Sánchez, que por lo visto no se acaba de enterar, es una Nación culta y civilizada que no se traga fácilmente el cuento ni el chiste de los necios.
Internet, las nuevas tecnologías, ni las técnicas más sofisticadas del mundo pueden reducir a esclavo a un pueblo que ha elegido su destino; a un pueblo que por más de 50 años ha sido bloqueado comercial y financieramente  por la mayor potencia económica y militar del planta y sin embargo sigue en pie de lucha. Creo que Yoani Sánchez, sin serlo, es la periodista mejor financiada del mundo y todos por mentir y difamar. Ya lo dije, la basura también tiene su precio, sobre todo entre aquellos que se alimentan y comercian con ella.


sábado, 2 de marzo de 2013

Texto de Ogsmande Lescayllers, Analista Político.

    




 LOS CAMBIOS EN CUBA.
Por Ogsmande Lescayllers.
      Analista político.

En política los tiempos tienen su valor y su peso específico. Los cambios no se dan simplemente por cambiar, sino cuando corresponde hacerlos. No olvidemos que la política parte de un entramado de ideas y acciones todas ellas encaminadas a un fin o a un proyecto de partido. En Cuba, donde los políticos tienen menos desgastes, al no estar expuestos a la mecánica individual, sino el colectivo, los cambios suelen hacerse en tiempos verdaderamente largos, ese desgaste se produce fundamentalmente por la edad biológica de los dirigentes y no por el vacío de las ideas, que no están en mano de una persona, sino en la base de la organización.
Los cambios realizados por el presidente Raúl Castro de momento parecen eficaces, aunque no lo veo así con respecto al nuevo presidente del Parlamento Cubano Esteban Lazo Hernández. En mi modesta opinión ese puesto debía estar representado por un legislador joven, de los tantos que hay en la isla, que esté en sintonía con el Vicepresidente Primero, Miguel Días-Canel y el actual canciller Bruno Rodríguez Parrilla. Ese trío sería de gran apoyo para el presidente, en cuanto al fluir de las nuevas ideas y las líneas de actuaciones que han de llevarse adelante en el país. Lazo puede que sea un buen político y excelente militante, pero en estos tiempos de cambios serios, serenos y profundos, en los que está enfrascado el país, lo que se necesita para el bien de la Nación, es la presencia de un buen legislador a la cabeza de la Asamblea del Pueblo. No olvidemos que es ahí, y no en otra parte, donde radica el Poder Popular, el alma de la Nación Cubana.
Los cambios que se están operando a nivel mundial, tanto en lo ideológico, como en la esfera económica, mercantil, financiera y, sobre todo, en el orden social, requieren de los gobiernos y parlamentos nacionales la presencia de hombres serios, cultos y capaces, que solucionen las ingentes demandas de la población mundial. Los gobiernos debían seleccionar a personas, no ya solo a fin a su ideología, sino a tecnócratas capaces de solucionar problemas estratégicos, porque la crisis de valores que estamos viviendo no se resuelve con discursos ni con recetas mágicas, sino con trabajo. Y ha de ser, la relación trabajador-empresa, uno de los valores donde más y mayor empeño se ponga.
Si algo tiene Cuba por encima de cualquier otro país del mundo es mano de obra calificada. Si algo tienen los cubanos, por encima de otras naciones del mundo, es deseo de hacer y progresar. Esta es, y no otra, en ara de medir los tiempos políticos y las condiciones históricas materiales, la hora de Cuba. Sería una pena dejar pasar este momento, porque como nos a anunció nuestro José Martí: “Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz”.
Quienes quieran seguir en la oscuridad o viviendo en las penumbras que se hagan a un lado. El sol que pasa sobre la isla jamás ha desviado su trayecto. Es el momento de convertir nuestros sueños en soles y que sea la luz quien nos presida.
También es la hora y creo que el momento idóneo, para que los cubanos de uno y otro lado, de una y otra ideología, nos pongamos de acuerdo por el bien de la Nación, porque si queremos patria tendremos que construirla todos juntos, sin mediación interesada de segundas o terceras naciones. Porque el triunfo de Cuba es para los cubanos, por encima de credos religiosos, ideologías, filiación política, raza o cualquier otro tipo de interés.
No es llorando nuestras feas miserias por países ajenos, ni denigrando a nuestros dirigentes en escenarios fueras de los nuestros, como vamos a resolver los problemas que nos aquejan. La acción, por más dolorosa e incómoda que esta sea, ha de hacerse desde la tierra, con ánimos de construir y unir, no de rivalizar.
Para los ideólogos y críticos que piensan que los cambios en Cuba no pasan de ser un mero maquillaje, les preguntaría si ellos han sido capaces, al menos de hacer ese tipo de acción, porque hasta donde sé, jamás dan su brazo a torcer y un necio, esté donde esté, nunca dejará de serlo por más adornos que le pongan.
“Los pinos nuevos”, son los llamados a construir la patria nueva, sin desechar el tronco viejo que extendió sus ramas para cobijarlos.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Texto de Ogsmande Lescayllers ( Escritor y Analista político)

YOANI SÁNCHEZ O LA CONSTRUCCIÓN DE UN MITO.
Por Ogsmande Lescayllers.
La bloguera cubana Yoani Sánchez es paseada por el mundo, por obra y gracia de la derecha mediática como heroína política, como un símbolo de la libertad, la democracia, los derechos humanos y la resistencia en el archipiélago cubano, cuando la realidad es que en Cuba, la tierra donde fue alfabetizada gracias a la Revolución, a penas la conocen. Allí es una desconocida no porque, como piensan algunos, los disidentes son silenciados; no, no se conoce, porque para la inmensa mayoría de los ciudadanos del país lo que piensa, escribe y dice Yoani Sánchez, a nadie o a casi nadie le interesa. En estas cosas, creando o no, los cubanos se respetan y se hacen respetar.
Si algo tienen los cubanos que residen en el archipiélago, es que conocen y están convencidos de la cruda realidad en la que viven y, sabedores de ella, no se dejan confundir con manipulaciones externas ni por “cuentos chinos”.
Yoani Sánchez, que dice defender los intereses del pueblo, al que vive de espaldas, oculta y temerosa de que este descubra sus mentiras. De ahí que se sienta perseguida, vigilada, y permanentemente cuestionada por esos mismos ciudadanos a los que dice defender. ¿Se entiende éstos? Naturalmente que no. Su modo operandi es bastante complicado, tan es así, que ni ella misma se lo explica: vive de espaldas a la realidad en país del que permanentemente escribe para el exterior.
Cómo es  que alguien apegado al Partido Popular Europeo y al Español, así como a las Transnacionales de la Información como es el Grupo Prisa y el diario el País, de España, donde cada noticia es un disparate, y la información una bandejita compuesta por un cóctel pre elaborado, acto para estómagos adictos a los brebajes. Puede decir que defiende los intereses de una nación a la que estos mismos medios golpean cínica y despiadadamente. Con estos antecedentes ya podemos hacernos la idea de qué tipo de gustos son los de ese personaje y qué razones políticas pueden moverla.
Si Yoani Sánchez viviera en los Estados Unidos, en España, o en cualquier otro país de la Unión Europea, seguramente no tendría derecho a nada y si lo tuviera, no sería como periodista, porque conozco a miles que andan por aquí que son excelentes y ni siquiera les dejan colgar una noticia en un blog; pero supongamos que sí, que pudiera, entonces militaría en las filas del Partido Popular Español, el mismo que implantó la Posesión Común contra Cuba, orquestada por el expresidente José María Aznar, partido que privatiza la sanidad y la educación sin importarles nada, que tiene 6 millones de ciudadanos sin trabajo, que ha creado una reforma laborar que asfixia a los trabajadores, el partido de los desahucios de más de 400000 familias que ahora viven en la calle, el de la guerra de Irak y un sin número de casos de corrupción, donde ningún miembro  de esa formación dice saber nada y donde cada vez, por obra y gracia de sus políticas de ajustes, los pobres son más pobres y los ricos más ricos, lo que trae como consecuencia que día a día el abismo social entre los españoles sea más profundo.
Si la bloguera Yoani Sánchez, quien se ha arrogado el derecho de hablar en nombre de quienes ni siquiera la conocen, si viviera en los Estados Unidos, a cuyo país sirve como agente mercenaria, financiada por su servicios de inteligencia, no pasaría de ser una latina más, entre tantos de esos que los americanos discriminas y ni siquiera miran, pero suponiendo que pudiera, militaría en las filas de los Republicanos, Partido de los que amenazan con invadir a Cuba, de los que financian invasiones mercenarias, y año tras año hacen más sangrante, por medio del bloqueo, la situación del pueblo cubano. ¿Puede alguien así ser considerado un abanderado de la libertad? ¿Puede alguien así, presentarse ante el mundo como a una heroína? ¿Las libertades y los derechos de quién defiende esta señora?
Ciertamente, Yoani representa en Cuba a otros que, como ella, se auto marginan, pero no digamos que son rebeldes sin causa, causa tienen, pero esta no es de índole política, sino económica y de ego, pues, con los dólares que les dan por mentir y difamar, viven al margen del ciudadano común; no trabajan, pero tienen dinero, es decir, son lumpen, delincuentes, viven y actúan al margen de la ley y cuando se les intenta aplicar la ley, se sienten agredidos.
Si Yoani Sánchez viviera en cualquier otro país del mundo bajo cualquier otro sistema político, solamente por los 300000 dólares, que se calcula ha ganado en concursos, premios de oscuros orígenes y en pagos a las chorradas que escribe como corresponsal del diario el País, de España, entre otros, al no cotizar ni declarar a hacienda el dinero percibido, ya hubiera sido metida a la cárcel por violar el fisco. En España quizás no, pero los americanos saben muchos de esto.
A la vista tenemos el caso de Julián Assange creador de WikiLeaks, que sólo por el simple hecho de publicar unos documentos que ponen en tela de juicio al Gobierno de los Estados Unidos, a la CIA, la OTAN y a otros varios países más, los poderosos del mundo se han echados como buitres sobre él, sin embargo, la bloguera cubana puede hacer y deshacer sin que nadie la toque, porque de hacerlo, se está contraviniendo las libertades, la democracia, el derecho a la información y los derechos humanos, más hipócrita no se puede ser.
¿Qué puede decir Yoani Sánchez sobre Cuba que el mundo no sepa? Lo cierto es que puede ocultar muchas verdades que la Prensa Internacional y los enemigos del pueblo cubano ocultan al mundo, pero para eso no hace falta hacer el papel de heroína, ni ser llevada y traída de un lado para otro como símbolo de nada  y, además, ser financiada sabrá Dios por qué mafia o institución mal habida, su verdadero papel, si es que alguno tuviera, es  el de villana, que es, en realidad, el que más se ajusta y encuadra con su condición de sirvienta.

lunes, 25 de febrero de 2013

Texto Ogsmande Lescayllers.

LOS CUBANOS SÍ TENEMOS VOZ PROPIA, SEÑOR OBAMA.

Por Ogsmande Lescayllers.

Soy cubano y tengo voz propia, señor Obama, Cumpla su palabra, tienda su mano prometida a Cuba y déjese de demagogias.

Son los cubanos, ellos y no otros, los que tienen que decidir cómo y quienes les gobiernan, sin la intromisión de segundos países, como hacen los norteamericanos.

En sus manos está quitar de una vez y por toda el criminal e inhumanos Bloqueo Económico, Comercial, Financiero y Mercantil que los Estados Unidos, país del cual usted es presidente, ha impuesto unilateralmente, sin consultar al pueblo cubano y contra la opinión mundial, violando todas las normas del Derecho Internacional, ajenos a las más elementales normas de la ética y a la dignidad humana.

Usted, señor Obama, Premio Nobel de la paz, es responsable de los campos de torturas en la base naval de la Bahía de Guantánamo, de usted depende eliminar esas prácticas vejatorias y entregarle ese territorio a sus verdaderos dueños, el pueblo cubano.

Si usted en vez de elogiar a blogueros incultos y “periodistas” que solapadamente le sirven de mercenarios a los funcionarios de la Oficina de Intereses de los EE.UU en La Habana, que venden sus conciencias al convertirse en instrumentos de la propaganda, sin ir a la raíz de las cosas, y a espaldas de la ciudadanía dicen quizás, una verdad entre miles de mentiras, y mirara con ojos de futuro y sentido de estadista los logros en sanidad, educación, cultura, deporte y otras áreas en la que trabajan y construyen los cubanos que luchan por su patria, sin entrar al trapo sucio de la politiquería, quizás entonces, señor Obama, su corazón de hombre se haría más grande y generoso, no sólo por lo que significa el Nobel, sino por su visión de estadista universal.

¿Se da cuenta de cómo los cubanos hablamos con voz propia? Haga usted lo mismo y quítese las trabas impuestas por los cubanos-americanos que les obligan a mantener sobre sus hermanos cubanos en la isla, medidas tan criminales como el bloqueo y otras más emanadas de su errática política hacia la isla.

Indigna la torpeza y el monitoreo de un estado contra otra. Indigna que estando un pueblo por medio los gobernantes de uno y otro lado anden como comadrejas sacándose sus vergüenzas a plena luz del día o que en vez de preparar un escenario para la paz, armen sus cuadriláteros como si fueran boxeadores para medirse a puñetazos. Nada más saludable ni mejor escenario para la paz que la paz misma.

Basta ya, Estados Unidos y Cuba están condenados a entenderse, porque la naturaleza los ha puesto uno al lado del otro para convivir en paz y armonía, no para permanecer sempiternamente en una guerra que no nos lleva a ninguna parte y que deja mucho que decir de nuestra condición de hombres civilizados y estadistas.

Cuba jamás ha agredido a Estado Unidos. Cuba nunca ha soñado anexarse ni una pulgada de tierra de su país, señor Obama, sin embargo, desde siempre, los Estados Unidos de Norteamérica ha buscado algún pretexto para apoderarse de nuestro sin igual archipiélago, ya sea por una razón u otra. Piense en eso ilustrísimo presidente.

Siéntese y hable con los gobernantes de Cuba demuestre su condición de Premio Nobel de la Paz y que usted y su gobierno tienen voluntad, no sólo de dejar que los cubanos tenga voz propia, sino que usted y el pueblo americano como seres civilizados que son, gozan de humanidad y en cualquier parte de la tierra respetan el derecho ajeno, la convivencia pacífica de otras naciones, sin importarles qué tiempo de gobierno han elegido ni qué creencias religiosas profesan.

Por favor, haga suyo, o al menos déjenos a nosotros hacerlo nuestro, aquel pensamiento del Benemérito de las Américas, don Benito Juárez, cuando dijo, “el respeto al derecho ajeno es la paz”. Sabemos que a usted no le es fácil lograrla en su país, pero permítanos que nosotros con nuestras estrecheces y limitaciones intentemos construirla.

Voz propia no tienen aquellos que haciéndose pasar por periodistas o disidentes, a cambio de unos cuantos dólares les hacen el juego a los enemigos de la patria y otros que, creyéndose en posesión de la verdad, dicen defender la revolución y se erigen contra sus principios.

¿No cree usted señor Obama que un minuto de diálogo abierto y franco vale más que un siglo de guerra? ¿No cree usted que es más hermosa y fructífera la amistad que la discordia? ¿No cree usted que Estados Unidos y Cuba unidas, como naciones libres e independientes, aportan más al mundo que en esta zozobra en la que viven? ¿A qué puede temer señor Obama, la mayor potencia económica y militar del mundo a una islita a la que ustedes y no otros, como a veces se piensa, han condenado a vivir en la pobreza y sobrevivir a todo tipo de calamidades, aferrada sólo a su orgullo de nación y a su cultura?

Antes de ofrecerse a extender su mano a las autoridades cubanas, presidente Obama, abra sus ojos y despeje su entendimiento, libere su corazón de todas las pesadillas que les opriman y ponga manos a la obra, con la mirada puesta en el futuro. El pueblo norteamericano lo desea y los cubanos se lo agradeceremos, porque no existe mejor señuelo para unir y hermanar a los pueblos que el diálogo y la paz.

martes, 12 de febrero de 2013

YOANI SÁNCHEZ O LA OSCURA MANERA DE ENTENDER LA POLÍTICA. TEXTOS OGSMANDE LESCAYLLERS.












YOANI SÁNCHEZ O LA OSCURA MANERA DE ENTENDER LA POLÍTICA.
Por Ogsmande Lescayllers.
Cuando la estupidez se convierte en noticia y esta es  lanza por los medios de comunicación al gran público, entonces nos preguntamos ¿en qué mundo vivimos? El gobierno de los Estados Unidos y la “disidencia cubana” radicada en ese país, el Partido Popular Europeo y Español, el Grupo PRISA y otros se empeñan en crear personajes de esos que el escritor Alejo Carpentier llamara "de sainetes": tontos, tarúpidos, descerebrados y apocados, que se venden al mejor postor por cuatro duros.
Tanto Yoani Sánchez como su marido, Reinaldo Escobar, son unos mentirosos viscerales. Pero ¿cómo es posible que la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana se trague todas las tonterías que dice Yoani Sánchez? De el Grupo PRISA o al Partido Popular Europeo y Español no me extraña, pues, dada la estrechez mental de los personajes que lo forman, pero a la CIA por lo que es y significa, yo la imaginaba más seria, con un poco más de juicio sobre las cosas.
Lo que escribe y dice Yoani Sánchez no es digno ni siguiera de una gacetilla de barrio. Primero, no es periodista, tampoco es filóloga, pues, sus escritos, no nos dan fe ni testimonio de eso y, como patriota, es peor cosa que todo lo demás, pues, quien dice amar y defender la patria no entra en contubernio con los enemigos históricos de su país ni le sirve de agente.
¿Cómo un jurado que se respete puede premiar semejantes bazofias? porque no creo que nadie serio pudiera, pues, de hecho, se estaría convirtiendo en eso.
La noticia y la información son para referir o dar a conocer hechos reales, trascendentes, pero cuando una y otra vez se miente y sólo se dicen estupideces hay que ser muy paletos para hacerse eco de esas cosas.
A mí, particularmente, me fastidian muchas cosas que pasan en mi país y fuera de él, entre ellas, una es convertir la basura en objeto de valor habiendo tantas cosas valiosas que aprovechar. Otra es pensar que las personas son estúpidas, cuando se le vende un mundo idílico donde la injusticia campea a sus anchas o cuando nos hablan de la libertad de expresión y derechos humanos, cuando son esos países, y no otros, los que constantemente violan los derechos humanos y la democracia es sólo una palabra de corrillos en la que nadie cree.
Yoani Sánchez debiera saber que el día que salga de Cuba ya su blog dejará de existir, porque a los blogueros mil veces mejores que ella jamás nadie los premia ni les pagan un duro.
Ciertamente, entre tantos millones de cubanos que han adquirido un pasaporte para viajar nadie se ha fijado en ningún otro, y estamos convencidos  que entre ellos hay grandes figuras de las letras, de la ciencia y alguno, de eso estoy más que convencido, es tanto o más disidente que ella, la diferencia es que estas personas tienen dignidad y no se venden ni por todo el oro del  mundo, pero lógicamente, la basura siempre va a parar al basurero, de eso no tenemos ni la más mínima duda.
A Yoani, fuera de su barrio en La Habana nadie la conoce, ni como bloguera ni como disidente, ¿entonces, a qué tanto escarceos? Si Yoani se diera una vueltecita por España y viera la que está cayendo seguro que quedaría estreñida durante unas cuantas semanas.
Por qué los medios se empeñan en vez de poner hombres frente a los sembrados colocan espantapájaros, naturalmente, para sus propósitos es mejor simular que poner a la luz la verdadera esencia de las cosas.
No te engañes muchacha. Piensa bien lo que haces. Pues, te has puesto a pensar que si tan malas son las autoridades cubanas, sabiendo todo el dinerito que te has llevado mintiendo canallamente y difamando a diestras y siniestras y ni siquiera te ha puesto una multa por no declarar a hacienda, deja que te veas frente al lobo. Vivir para ver. No todo lo que brilla es oro, tú lo sabes, pero hay mentes tan estrechas que a una chispa de luz le llaman relámpago. Yo no dudo nada, una mente indecente siempre tiene su espacio entre las cloacas, desde ahí hacen sus cátedras y las lanzan al mundo, en fin, “los cuervos anidan junto a los cadalsos”.
Mal van los cubanos que sueñan y luchan por una patria limpia, con todos y por el bien de todos, que se cuelen en sus filas personas de tan bajas cataduras humana y moral que se hacen acreedores de un pueblo que no les cree.
¿Qué ideal de pueblo, justicia, dignidad, respeto y derecho defiende Yoani Sánchez y su marido? Con  mentiras no se puede hacer causa. La grandeza del exilio cubano en todos los tiempos ha radicado en la honorabilidad de sus hombres; en la justeza y valía de sus proyectos como nación. Pero el que zahiere a sus coterráneos como mastines rabiosos, sólo le es digno como hogar una perrera.
¿Cómo pagar a un traidor que traiciona a los suyos? ¿No se percatan sus valedores que mañana, por un puño de monedas mayor a la que ellos ofrecen pueden hincarles el colmillo por la espalda?
¿Quiénes conocen en Cuba a ese invento llamado la bloguera Yoani Sánchez? Entonces me pregunto, ¿cómo alguien desconocido por el pueblo puede representarlo y ser premiado, llevado y traído por todas partes en nombre de ese pueblo? Yoani es una especie de personaje de ficción, creado para ser vendido entre lectores poco avisados.
Los que tienen echados en Cuba sus sueños, con la esperanza de verla emerger entre las naciones, y que se preocupan por el pueblo y no por cuánto les pagan, y hacen del honor una bandera y no un trapo, se avergonzarán de ver y oír hablar a, y de Yoani Sánchez, pues, para esas personas la patria vale un potosí, no unas cuantas chatarras.

domingo, 10 de febrero de 2013

BAYAMO 500 AÑOS DESPUÉS DE LA CONQUISTA/COLONIZACIÓN. TEXTO OGSMANDE LESCAYLLERS.















BAYAMO, 500 AÑOS DESPUÉS DE LA CONQUISTA/COLONIZACIÓN.

Por Ogsmande Lescayllers.

Bayamo es un libro de historia y, como todo libro, tiene capítulos de luces y de sombras. Luces y sombras hay en todas partes, pero la luz siempre preside. De ahí que, Bayamo, la Ciudad Cubana, Monumento Nacional, sea una antorcha perpetua en la memoria de sus moradores.

Ser bayamés es un orgullo nacional. Se es bayamés por naturaleza o por opción. Bayamo se vive. No en balde allí la historia de Cuba inició su trayecto y los hechos que la significaron en el Nuevo Mundo ahí y no en otra parte, echaron sus raíces. Las crónicas de la época colombina dan fe de ello.

La fundación del poblado Taíno que encontraron los conquistadores europeos, en lo que era entonces la región o cacicazgo de Maca, se pierde en la noche de los tiempos. Bayam era el nombre del cacique y no el de ningún árbol. Ese árbol no existe ni existió. En la grafía castellana, tanto la ciudad como su río homónimo fueron transcriptos con el patronímico de Bayamo, nombre ilustre y glorioso por su significación.

La arqueología cubana no ha hecho un estudio de campo serio para ubicar el sitio exacto donde estuvo el poblado aborigen. Más que investigadores han aparecido varios especuladores, incluso, entre ellos, algunos mal intencionados, que sin la más mínima idea, han cambiado los linderos. En esos tiempos no existía el poblado de Manzanillo, que fue fundado en el siglo XVIII por oriundos bayamés obligados a emigrar por las autoridades coloniales. Bayamo tenía su salida al mar, desde la época aborigen a través de su río, afluente del Cauto, que desemboca en el mar, a la altura del Golfo de Guacanayabo.

Varios libros narran la historia de la ciudad: origen, evolución y desarrollo, así como la vida de sus actores fundamentales y los hechos que han cifrado y enmarcado a esta región del oriente cubano en el crisol de la historia nacional y universal.

La bibliografía más importante es el libro Bayamo, del historiador José Maceo Verdecia, es una crónica viva, amena y audaz que va desde los orígenes hasta la república. Las lagunas que encontramos en esas páginas, son propias de la época, pero el esfuerzo bien valió la pena. Ramiro Matayzán, en su Bayamo, pintoresca y sentimental, hace una pintura colorista de la ciudad y no ahonda en los hechos que pinta descafeinadamente, como si maquillara a una dama centenaria y arrugada con pinceles de pajas. Al historiador Enrique Orlando Lacalle, la historiografía bayamesa le debe mucho, aunque su libro, Cuatro siglos de Historia de Bayamo, es un cronicón donde están reflejadas, por encima de todas las cosas, las familias de la alta sociedad bayamesa que eran las que dominaban el entramado político, económico y social de entonces. Entre sus páginas se mezclan relevantes hechos históricos con otras frivolidades de la época. Las Crónicas de Bayamo, de José Carbonell Alar, en realidad no son ni eso, son meros apuntes que en manos de un buen cronista a lo mejor, dado el punto de referencia indicado por él, pudieran servir para algo. Todos los demás textos, de momento, sólo son apuntes, que más que historiar se dedican a especular y a querer demostrar quién es el que sabe más sobre el asunto. Este tipo de proceder no ayuda ni aporta nada a los estudios sobre la verdadera historia de nuestra centenaria ciudad.

En los archivos de Simancas, en Valladolid y en los de Las Indias, en Sevilla, España, está sepultada, entre miles de legajos de un valor incalculable la historia de la Villa de San Salvador de Bayamo, aquí debían venir los historiadores e investigadores de esa, para contrastar la veracidad de las historias que nos cuentan y a dar cumplidos de autenticidad a sus fantasías.

El 5 de noviembre de este 2013, se cumplirán 500 años desde que los colonialistas europeos colocaran sobre el viejo poblado aborigen de Bayamo la nueva población mixta: nativos bayameses, africanos, y españoles.

Desde entonces hasta hoy han transcurrido cinco siglos que en vez de envejecer la ciudad, la han rejuvenecido y ha convertido en matriz de hechos patrios tan interesantes como los de ser cuna de la nacionalidad cubana, la independencia y la cultura nacional. Aquí nació, gústeles o no a los que así no lo creen, la Patria Cubana; lo dicen las notas de nuestro Himno nacional, “Al combate corred bayameses/ que la patria os contempla orgullosa”. La palabra “patria” en aquellos momentos borraba de una vez y por todas, el nombre de “colonia” con el que nos habían acuñado los españoles, hacía tres siglos antes.

Los cultores de aquella heroica hazaña tenían rostros y nombres propios. Eran el producto del mestizaje, en cuyas venas corría no sólo la sangre, sino la esencia de la tierra. Los héroes y los poetas, o los poetas convertidos en héroes diseñaron con sus obras perfectas, el pensamiento y el perfil del bayamés, hombres cultos, educados, indoblegables, brillantes, sabios y optimistas. La patria que fundaron era el destinatario final de todas sus acciones.

Sus hazañas fueron cantadas por Silvestre de Balboa en el Espejo de Paciencia, donde se abre para la leyenda de la nación cubana, los primeros surcos de su historia. Luego lo resalta Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria en su alegato del 10 de Octubre 1868 en Lademajagua y su ulterior profecía en Yara. Lo patentiza el 10 de Octubre en la toma de la ciudad y la creación de la República en Armas desde donde son anunciadas al mundo en las notas del Himno de Bayamo, hoy Himno Nacional. Esa misma idea se asienta en el corazón de los cubanos, bayameses todos, en las llamas y el humo del Incendio el 12 de enero de 1869. Lo dijo uno de sus mayores próceres, el general Francisco Vicente Aguilera, “Nada tengo si no tengo patria”.

Muestras vivientes de esa epopeya fueron el padre Baptista, Tristán de Jesús Medina, Céspedes, Aguilera, Perucho, Maceo Osorio, Luz Vázquez, Adriana del Castillo, José Antonio Saco, Zenea, José Joaquín Palma, José Fornaris, Manuel Izaguirre, Manuel Socorro y una lista interminable que viene, del ayer hasta este instante, entre esos lirios que produce esta tierra, donde late en el corazón de cada uno de nosotros la idea que “Morir por la patria es vivir”.

Pero el hoy, que es lo que importa en mi recetario personal, veo como los que tienen el deber y la obligación de no dejar caer los anhelos de la patria, ajenos a la patria, van de patrioteros mirando hacia otro lado, perdidos en su ignorancia, haciendo galanura de sus necedades. Esos “dirigentes” acomodaticios colocados a dedos porque tienen un carné en el bolsillo, piensan que cultura es poner cuatro músicos en una esquina y dos pipas de cerveza en una bocacalle, y que la gente salte. No se percatan que 500 años de historia marcan una distancia tan larga como viajar de una galaxia a otra, y que multiplicada en generaciones, hacen un número casi infinito de anhelos y deseos, que como la fundación originaria de nuestra ciudad, se pierde en la noche de los tiempos.

Sea el pueblo pues, quien diga y haga, como la noche del Incendio, donde se ponen las antorchas para conmemorar lo que es de todos, orgullosos de nuestro pasado y llenos de optimismos por el presente que vivimos y el futuro que nos aguarda a todos.





jueves, 7 de febrero de 2013

CARROMERO, EL SILENCIO CÓMPLICE. Texto de Ogsmande Lescayllers

CARROMERO, EL SILENCIO ES CÓMPLICE.

Por Ogsmande Lescayllers.
Esctior y Jurnalista.

¿Qué dirá Ángel Carromero si tuviera algo que decir? Llegó a España en silencio y en silencio sigue. Entró a la cárcel en silencio y salió en silencio. ¿Habrá enmudecido Ángel Carromero? En realidad falta no le ha hecho, sus valedora, la Secretaria del PP Madrileño doña Esperanza Aguirre ha hablado por él. En verdad, Carromero no quiere decir lo que Esperanza Aguirre quiere que diga y que seguramente él no sabe. Los Paya también quieren que el muchacho diga lo que ellos piensan, y para decirlo, él tendría que pensárselo mucho, por que lo que ha dicho, dicho está y él lo dejó bien claro ante el mundo cuando declaró frente a las cámaras de la televisión cubana y para la prensa internacional acerca de lo que ocurrió en aquel fatídico accidente ocurrido en la carretera de Las Tunas a Bayamo, en aquella endemoniada vía llena de baches, donde no se puede ir a más de 60 kilómetros por hora a plena luz del día.

Ángel Carromero es un hombre joven, pero no un inocente. Él sabe mucho sobre velocidad al volante y de cómo perder puntos y conducir un coche a su manera. La fatalidad lo tocó y seguramente está dolido, como buen cristiano que es, por los derroteros hacia los que ha encaminado su vida. Cuando habló a la presna ante las cámaras, se le veía normal. Dijo estar bien.

Según el Cónsul General de España en Cuba, el juicio sobre el caso Carromero celebrado en la Ciudad de Bayamo, fue ejemplar, la prensa opinó lo mismo, sólo la opinión pública se lamentaba, pues, un accidente como ese, donde perdieron la vida dos personas ocasionado por un conductor irresponsable, que no podía hacerlo en su país, por haber perdido todos los puntos, sin carne de conducir y que sólo lo condenaran a 4 años de cárcel parecía algo insólito. Los familiares de los muertos en el accidente quiere que se juzgue al gobierno de la isla en lugar del conductor del vehículo accidentado, cosas de política. El canciller de España, dijo agradecer al canciller cubano la extradición de Carromero a la Península donde ya es hombre libre, listo para hacer y deshacer.

Que sepan los que quieren demandar al gobierno de Cuba por medio de Carromero, que si este no tiene pruebas de lo que dice, muy bien pudiera ser demandado por el Estado Cubano por difamación, entonces la torta se viraría al revés. Naturalmente, Ángel Carromero debería y puede hablar, pero inevitablemente el gobierno de Cuba le va a responder con las pruebas en la mano, de eso no cabe duda.

El que calla otorga, dice un viejo refrán. El silencio de Ángel Carromero, por un lado hace creíble lo que señalaban las autoridades cubanas y, por otra parte, lo que comentan otros sobre lo que ha dicho él, que por lo que hemos escuchado no ha dicho nada. El silencio lo hace cómplice, nos deja en la duda. Mañana será tarde. Los tiempos han prescritos.



ESPAÑA EN LA CARTERA. Poema de Ogsmande Lescayllers

ESPAÑA EN LA CARTERA.

Camino por España.
Camino, sin caminos, sin calles, sin España.
Madrid, la de los tufos, de fatuos y fantasmas.
Políticos de turno:
Suben por la derecha y por la izquierda bajan.

Bajan por los mercados y suben a la banca.
Se meten a la bolsa y después se desmarcan
Hasta que se convierten en bufones y crápulas.
Son seres ignorantes que la ignorancia ignora,
Y la curia apadrina como si fueran ángeles.

Tiro por los madriles sábados y domingos.
Observo los sucesos los días de semana.
Declino enamorarme por no comprometerme,
Pero me voy muriendo al ver como va España.

Mujer de ojos azules, andaluza de nácar,
Si ni abortar te dejan
Los que nunca han parido,
Y ni vivir los otros que dicen que te salvan.

Patrio suelo de albúmina que si pisas resbala.
Vinos de la ribera,
Niños de la cañada,
España es un columpio que se mece en el aire,
Una moneda rota incrustada en las arcas.

Una montaña rusa que sube y luego baja.
España en la cartera,
España desmembrada,
Etiquetada a veces en los toros de Osborne,
Una jerga que vuela del Congreso a la Cámara
Y de ahí a los archivos de alguna notaría,
Donde queda varado el sueño de la patria.

Triste reino de soles
Que ahora a oscuras marcha,
La va difuminando
Hasta dejarla en nada.

miércoles, 30 de enero de 2013

















EN DÍAS DE BORRASCAS.

Caramba, Asturias,
Qué forma de llover tan espantosa,

Tan sin necesidad con este frío
Y esta falta de sueño en mis ojos.
Qué ganas de llover y de tronar
Si no nos hacen faltas tempestades;
Eso sí, necesitamos que la banca
Reviente como un trueno.
Que los parados comiencen a moverse.
Que el gobierno detenga los desahucios.
Que alguien defienda a los indefensos.
Que lo que es de todos
Sea para todos y no para unos pocos.
Que el martillo, el cincel y la cuchara,
No se rebelen el uno contra el otro.
Que la justicia no sea propiedad de los juzgados,
Ni la constitución una tarta
En la puerta de un colegio.
Que el reino de una vez y para siempre
Deje de serlo
Y se convierta en un país abierto,
Donde el primer hombre sea una idea,
O una palabra,
Cuyo plural signifique libertad,
Paz,
Hermandad,
Justicia,
Hombre sin dueño.

Oviedo, Asturias, 28.11.12

PARÁBOLA DEL OTRO.

Siempre digo: Señor, soy jornalero
Y gano apenas nada,
Por este jornal de fantasías
Cuando obtengo una paga
Que no alcanza
Ni para el pan que he de llevar a casa.

El pan disuelto en aguas de borrajas.
Y a condición de ser
Un incondicional de poca monta,
Gasto mi tiempo
Oyendo el telediario de las tres,
O alargando mis deudas ancestrales
Hasta el próximo año,
O hasta que los ejércitos
Terminen sus guerras en Oriente
Y el petróleo se quede en manos
De Occidente.

Estas cosas las digo cada día;
Las digo despacio y para mí
No quiero que me escuchen mis vecinos
Que viven y trabajan en la banca
Y haciendo nada
Ganan más que yo;
Puedo decir que mucho más que yo,
Cuando trabajo;
O cuando me desangro
Cerca de quince horas
Por un jornal de mierda.Oviedo, Asturias, 28.11.12

SIN CONSIGNAS.

Soy un cubano hecho a la medida de la isla.
Mi único patrimonio, de momento;
Es una mujer, unas cuantas ideas,
Unos libros aún sin editar,
Ese es mi patrimonio espiritual y unos jardines,
Donde jamás nos faltan flores.

Mi isla ardiente arde en mis entrañas,
Se instala en mi memoria
Para que la fecunde con mis sueños.
Mi isla duerme despierta
Para que nadie le suture el alma,
Para que nadie del país vecino
La intente desangrar con sus mentiras.

Soy un cubano de los que nunca dicen Patria o Muerte.
Porque si digo patria es porque ansío la vida
Y no quiero morir en ningún acto.
El que ama se ama.
No hace falta morir:
Precisa tener patria.

Oviedo Asturias, 28.11.12













LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LA DESINFORMACIÓN COMO CABELLO DE TROYA.

Por Ogsmande Lescayllers.

La libertad de expresión no es más que una quimera. Los mismos que debieran defenderla son los que la violan constantemente. Lo mismo ocurre con los derechos humanos, la democracia, la justicia, la constitución y todo documento o acto social que vaya en beneficio de las masas o de la ciudadanía en general. Los poderes, que debieran ser los garantes del derecho y protectores de la ley, la equidad y el respeto, son ellos y no otros, los primeros que se saltan la norma y echan en sacos rotos todas las garantías creadas y hecha para el bien común.

Hasta tanto una información no sea bien contrastada no debiera hacerse pública. Mientras un hecho no sea confirmado verazmente, no debiera publicarse. Pero la prensa actual y los medios de información prefieren el beneficio de la duda a la autenticidad de las cosas. En muchos casos; el objetivo de las transnacionales de la información no es informar, sino desinformar, pues, mientras el bulto rueda, ellos siguen sacando beneficios.
Desinformar es mentir. Mentir es un delito de lesa humanidad, pero en el mundo globalizado se ha convertido en gozo y marca de los poderes.

Nadie quiere un mentiroso en casa, en el trabajo, ni siquiera de vecino o amigo, pero la práctica de la mentira por lo visto se ha institucionalizado en los estamentos del poder para protegerse de sus malas acciones. Los medios de comunicación manejados y manipulados por el poder se prestan para servir a tan grotesco y criminal acto.
La ética ha sido desplazada por la impunidad y la falta de decoro de los poderes.
En un mundo globalizado por las finanzas, donde el poder ha suplido a la autoridad y la autoridad se ha convertido en un vicio para necios, no tiene cabida la justicia, el honor, ni la moral.

Vivimos en mundo de inmorales a nivel global. Los peores en esta trama macabra son los políticos o los que ejercen el poder político, que llevan en sus grupas, enhorquetados como salamandras, a todos los demás agentes que forman o que debieran formar el tejido social. La prensa o los medios de comunicación les siguen el juego a cambio de beneficios y prebendas que les garanticen su estado de supervivencia.

La prensa ataca, constantemente ataca a los más débiles, ha tomado el camino de la “justicia”. Los poderosos han creado su prensa y sus “marcos legales”, para de este modo actuar impunemente. Ven el mal allí donde no está o donde pudiera estar. Tenemos el caso de las armas nucleares, los países que tienen sus arsenales repletos, listos para usarlos contra los demás, no quieren ni oír hablar de que otros pretenden seguir sus mismos derroteros, inmediatamente se ponen en pie de guerra y meten el grito al cielo.

La prensa debía ser, en estos tiempos de crisis económica y de valores, un instrumento de defensa de los derechos del hombre y no una vedete de pacotilla que se vende al mejor postor, pero para ello debía tener independencia absoluta, alejada de las prebendas y el clientelismo político y empresarial.

Se critica cierta prensa totalitaria porque no se ajusta a la verdad, pero no existe ninguna diferencia entre mentir y difamar para servir a un grupo determinado a cuando se hace para ocultar o proteger los desmanes de un gobierno.

La dignidad sólo debe tener el perfil de la dignidad. Mentir, sólo en brumas, para que los payasos no pierdan sus puestos de trabajo. Troya jamás hubiera dejado de serlo con, o sin el caballo; la argucia vale, pero el engaño no nos educa ni garantiza las buenas convivencias.

martes, 22 de enero de 2013



EL COMPROMISO EN LA IDEA.

Por. Ogsmande Lescayllers.

Concuerdo con Ivis Michaud que el arte de hoy está en “estado gaseoso”. El arte flota. Va por los aires, no como las figuras de Chagall que iban rítmicamente al compás del sentido surrealista del artista. Hoy se flota en la decepción y la incomprensión de muchos que, considerándose creadores, no son más que malos ornamentadores de los espacios y el sentido de una realidad que cada día se nos hace más huidiza, casi imposible de aprehender o delinear con sus variables mercantilistas, enfoques cósmicos y visiones estéticas desenfocadas.

Para el intelectual lo importante es aportar o trasmitir a la sociedad los fueros de su obra. Contribuir al desarrollo del pensamiento y las ideas. Formular o reformular el sistema de cosas mediante los cuales, el mundo puede progresar y superarse en la esperanza de alcanzar una vida mejor.

El intelectual debe aportar a la sociedad ideas y conocimiento, además, debe combatir, fuera de cualquier comportamiento o conducta partidista todo lo negativo y grosero que no aporte valores a la comunidad en la que vive. El intelectual tiene que ser un espejo modélico, un excelente y responsable animador cultural; promocionando y promocionándose en su quehacer, para ser sentido y respetado por sus congéneres.

Lo creado o recreado, artísticamente hablando, siempre tiene como destinatario al pueblo, y es él quien lo convierte en expresión colectiva o lo sepulta en el olvido.

Hoy está de moda criticar. Según se dice, se hace necesario romper esquemas. Desacralizar, desmitificar y decodificar un mundo que se niega a ser visto ante los ojos de los que, desde la administración central, las instituciones y los estamentos del poder, dada su inoperancia, no se preocupan o les importa nada el incuestionable valor que tiene la cultura en general y el arte en particular.

Por lo general, la crítica o las críticas no van dirigidas, como es lógico que se haga, sobre la obra creada o el creador en cuestión, sino contra el estado de cosas que son permitidas o no permitidas por los mecanismos de represión del Estado. El favoritismo hacia algunos creadores, la incapacidad de los funcionarios encargados de promover y facilitar las vías y mecanismos para que el artista pueda crear en libertad, libre de toda atadura, alejado del cuestionamiento partidista y las exigencias de los que algunos consideran, debe ser un arte políticamente correcto.

En una sociedad plural y culta como es, o pretende ser la nuestra, ha de entenderse que el arte también debe expresar ese sentido de pluralidad. Las obras, necesariamente, son la expresión de ese sentido polisémico que en todas las esferas de la vida tienen las cosas. Esto es, la rica gama de matices que han de pervivir y percibirse por encima del conjunto de cuestiones que, obligatoriamente, tienen que abordarse o ser abordadas en el país.

Se habla de miedo a expresarse en libertad, cosa que hasta cierto punto me parece un sin sentido, o paranoia por parte de los que así se expresan, pues, el creador, el intelectual, o el artista, en definitiva, si lo es, debe abandonar sus miedos, reales o ficticios, en pos de su obra creadora. No se puede ser padre si luego vamos a vivir en el temor de haber engendrado, o temerosos por lo engendrado.

No existiría una sociología del arte, en sus más diversas variantes, si no existiera una cultura artística bien fundamentada en un espectro y otro de la sociedad.

No veo descabellado, que en nuestro país se empiece a hablar de una cultura de lo marginal, independientemente que aquí no exista una sociedad marginada. Pues, si atendemos y nos atenemos al reclamo que hacen en su mayoría los intelectuales y artistas y otros entes de la sociedad en la que vivimos, sería bueno poner atención a esas exigencias, ya sean ciertas o  infundadas. Sabido es que cuando el río suena, no nos engañemos, es porque trae piedras. Estoy convencido que más vale un diagnóstico a tiempo que después intentar parchear con soluciones draconianas un asunto que puede ser dilucidado y solucionado a tiempo con el análisis sincero y el diálogo abierto entre hermanos.

Los que intentan acallar al artista y sepultar sus obras actúan de manera irresponsable ante el dictado de la ley, que pide y requiere protección, orden y respecto para aquellos que aportan su saber y conocimiento en beneficio de la sociedad, y lo que necesariamente debe ser garantía se convierte, a la vista y el sentir de los censores en prejuicio.

El patrimonio nacional también se defiende desde la diferencia, porque, de lo que se trata es que, desde la diversidad podamos alcanzar un más claro objetivo de la pluralidad, lejos de las amenazas y los miedos que pudieran coexistir: por ignorancia, desconfianza o sospechas reales e infundadas.

No es prudente, bajo ningún concepto, mandar a callar al que habla o expone sus ideas, acertadas o desacertadas. Expresarse es un derecho del ciudadano, de la misma manera que le es afín el derecho a la educación y la libertad al hombre.

Somos una sociedad moderna y civilizada, profundamente laica, donde no deben existir ataduras de ningún tipo, pues, el hecho mismo de ser lo que somos, nos está normando para la vida civilizada y sin prejuicios. Quien no lo entienda así y actúe contra uno de sus hermanos sencillamente se está contravencionando las leyes que nos han legado nuestros derechos legales y naturales.

La defensa de lo nuestro no está en prohibir aquello que es bueno o malo, desde un punto de vista particular, ni en decir y decidir para poner en tela de juicio lo que me gusta o no, pues, la crítica no radica en eso y, mucho menos, permitir que la razón se convierta en el imperio de unos pocos que a lo mejor son ellos los equivocados.

Dese y sírvase lo que se tenga, porque a veces es preferible el riesgo a equivocarnos, que pensar que todo está bien y que es por ahí, por donde se ha de ir sin tener una definición clara y exacta de las cosas que se llevan y se traen por este mundo.

Naturalmente, no confundamos arte con cultura. La cultura es el hecho general que refleja de una manera u otra, el rastro que el hombre ha ido dejando sobre la tierra a lo largo de los tiempos. El arte, necesariamente, tiene que responder a valores estéticos. Pretender otra cosa es quitarle o despojarlo de su función esencial, que es: emocionar, ser útil y bello, divertir, impresionar, servir, hacer sentir y, a su vez, sentirlo como creador, en la necesidad imperiosa de crearlo.

El creador o el intelectual sólo es libre, en la medida que sean capaz de formular ideas, que surjan libres y fértiles desde el vientre de la imaginación creadora, fuera de todo compromiso que no sea con los suyos o el suyo mismo. Pues, la acción de la libertad se ejerce en el compromiso de uno con sus ideas, su obra y el público lector, oyente u observador. Lo que hagan o aspiren las instituciones  sólo es parte del compromiso que estas contraen con aquellos a los que les sirven desde los estamentos de poder.

Ciertamente, el arte puede ser politizado, pero este no es político. La política tiene su propia esencia y fundamento dentro del campo general de la cultura.

El arte, desde su génesis, ya tiene su propio compromiso consigo mismo. En tanto idea generada o generadora de ideología, en su estructura semántica y semiológica siempre tendrá un espacio abierto a la contigüidad o ambigüedad hermenéutica, sobre el necesario tejido de la polisemia.

Mezclar arte y política, por lo general, puede ser pernicioso, tanto para la obra como para el artista. No es una mezcla agradable, sino un coctel repugnante no acto para pensamientos abiertos y mentes lúcidas. Pero tampoco es bueno, para aquellas mentes estrechas, donde las cosas no discurren, pues, allí todo se estanca sin evolución posible. En mentes así, los dardos pueden convertirse en columnas o en muros que imposibilitan la libre vía del tránsito.

El intelectual debe estar por encima de los servilismos políticos e institucionales. Se ha de crear, pensando en la manera de cómo la obra ha de servir a todos; porque el primero y principal objetivo de la cultura es servir, ser útil, mostrar los modos y modas de cómo viven los pueblos, ajenos al maniqueo de la política y las instituciones de las que se sirven estos estamentos para imponerles, en vez de proponerles,  sus gustos a la sociedad a la que se pertenece.

El intelectual aporta valores culturales y artísticos, en tanto que su producción creada y creadora sirve de guía y horizonte a las presentes y futuras generaciones, sin distinción de clases, ideologías o credos.

Sin una definición clara y ajustada sobre lo que se quiere, ningún artista o intelectual puede diseñar y definir el sentido de su obra. Las instituciones pueden ser la base expositora de lo que el intelectual o el artista logra con sus obras, pero que nadie espere que ellas sean el sustento de nada de eso, porque de serlo, el creador, inevitablemente, tendría que someterse a la tiranía o a la esclavitud del que le aporta los medios.

En arte, las cosas han de hacerse sin que me digan cómo hacerlas, porque de lo contrario, no actuaré en libertad. La creación artística no puede ni debe ser planificada. Cada obra nace cuando tiene que hacerlo; surge de lo inesperado o de eso que algunos llaman inspiración creadora. Lógicamente, el trabajo y la constancia son sus verdaderos artífices.

No se puede escribir un Don Quijote por encargo, por más caballero andante que te creas. Y mucho menos, obligar al pueblo que lo acepte como suyo, por más poderoso que sea el reino.

Ningún artista tiene conciencia crítica de lo que hace. Pues, por más sabio que sea y, si de hecho, en verdad lo es, se percatará, inmediatamente, que sus creaciones no tienen por qué responder al gusto o interés de la generalidad. Cuando andamos por caminos desconocidos o conocidos solamente por nosotros, podemos llegar donde queramos, pero eso no quiere decir que el rumbo que hayamos elegido sea el mejor y del gusto de todos, hasta tanto no se ha confrontado con nuestros destinatarios: el pueblo; lector, espectador u oyentes. Es decir, el receptor a quien va dirigida nuestra acción creadora.

Cada artista debe tener o buscar el modo de diseñar su obra. Cada intelectual debe crear conforme a su cultura el diseño de su acción creadora con vista a deslindar las fronteras entre el texto y el panfleto, evitando con ello, que la propaganda y la publicidad de esas acciones no se conviertan en simples instrumentos de la moda, o reacciones de paso.

Toda obra verdadera tiene, necesariamente, que pasar por el tamiz crítico de la exposición, recepción y el análisis. El intertexto ciertamente abre campos, pero pocas veces aporta valores de peso con respecto a la autenticidad de una obra determinada. 

La búsqueda y creación de lo auténticamente original y propio, ha de ser el reto de todo intelectual, artista o creador de un arte y una cultura genuinamente personal.

El intelectual o artista verdadero es el que vive para su arte, no de su arte, que de hecho, tampoco estaría mal si fuese capaz de lograrlo libre de toda atadura o compromiso.

El miedo no ha de ser, bajo ningún concepto, a la adquisición de riqueza por las vías y medios naturales acorde con las leyes y el esfuerzo particular o colectivo. No nos engañemos, el temor se le ha de tener a la pobreza, tanto de los recursos como de la mente. El capital bien gestionado y organizadamente compartido es la base del desarrollo. La pobreza, por muy bien intencionado que estemos, no nos deja espacio para gozar de la felicidad, la alegría y el bienestar a los que aspira cada hombre y toda sociedad que se respete y quiera salir por y con sus medios, de la profunda laguna del subdesarrollo.

Quienes persiguen la cultura o a los creadores por expresarse en libertad, diciendo lo que sienten, piensan y padecen, son enemigos de la sociedad y contravienen el derecho que “todo hombre tiene de pensar y hablar sin hipocresía”. Y, sobre todo, cuando se salta a la torera el postulado que “crear es la palabra de orden”. Como nos enseñara nuestro José Martí.

Cuando más profunda y diversa es la cultura y el arte de una nación, más rico y fuerte es su pueblo.
Intentar detener la acción creadora del hombre es detener el curso de la naturaleza que es, en definitiva, la que nos pauta los sentidos y, la que a su vez, nos abre los escenarios donde crecer.

La sociedad con sus políticos, intelectuales, artistas, filósofos, educadores, economistas, científicos y, en fin, todos sus hijos, ya sean actores activos o pasivos, ha de ser, para alcanzar su objetivo final, que es el triunfo pleno de la igualdad, una unidad monolítica, donde nada ni nadie esté o se sienta marginado, discriminado ni excluido. Porque, en el fondo y como nos enseñara José Martí: “La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto sólo en espíritu, de quien la serva con mayor desprendimiento e inteligencia”.  A la hora de contar y aportar todos somos necesarios y, si no lo fuéramos, tendremos que buscar y crear la necesidad de sellar con acciones genuinas y útiles, las estructuras abiertas.