domingo, 15 de febrero de 2009

ANALISIS CRÍTICO DEL DR. RAFAEL DEL MORAL A LA NOVELA "EL OTRO LADO DE LA NADA" DE OGSMANDE LESCAYLLERS.

Rafael del Moral y Ogsmande Lescayllers, en una calle de Moscú, abril, 2007.
EL OTRO LADO DE LA NADA DE OGMANDE LESCAYLLERS.
Por Fafael del Moral.

“El tiempo era circular, -dice el narrador de El otro lado de la nada- como la vida, por eso no hubo modo humano de saber de qué dirección nos llegaba aquel frescor que tanto placer nos ofrecía".

Y añade unas páginas después:
"Tendrían que pasar muchos millones de años para que el hombre, el ser más importante de la Creación, según Las Escrituras, se diera cuenta que el todo y la nada son una misma cosa y que a su vez, son algo muy distinto, como lo lleno y lo vacío, el río y el agua, y que ambas cosas no pueden existir la una sin la otra, cuya dimensión no es posible medir, ni equiparar, porque aunque están regidas por una misma ley, son sostenidas por leyes distintas".
El todo y la nada, lo lleno y lo vacío, una misma ley y leyes distintas... eso fue exactamente lo que recogía el ambiente del día en que conocí a Ogsmande Lescayllers una tarde de primavera mientras recitaba uno de sus densos poemas. Antes de oír el todo y la nada de aquellas palabras, ni siquiera me había fijado en su elegante porte, ni en su tez cobriza, ni en su origen franco-sirio, ni tampoco en el suave fluir de su conversación. Aunque parezca exagerado decirlo, en aquel momento, perdido y extrañado en aquel laberíntico torrente de palabras, a veces terrestres, a veces celestes, alteré en algo la manera de observar el mundo y las cosas.
Luego supe, porque el azar así lo quiso, que había nacido en la histórica ciudad de Bayamo, Cuba, que ha viajado por medio mundo, que a su creación poética añadía la de editor, narrador, periodista y crítico de arte, que es doctor en Derecho Penal y licenciado en Literatura Hispanoamericana y en historia del arte, que durante diez años ejerció como profesor titular en la Universidad de La Habana y mil cosas más...
Participaba el poeta, sigo recordando aquel día que lo conocí, en la tertulia del Café Oriente, y recitó de memoria un largo texto cargado de significados. Pronto descubrí al novelista, más tarde al ensayista y por fin, en largas conversaciones al erudito; al hombre capaz de citar, de recordar, de introducir anécdotas, al hombre infinito e insospechado, qué saca de un baúl sin fondo cientos de impresiones, ajustadas, unas veces, y desalmadas o encajadas otras, en busca del conocimiento del mundo.
Pero ahí no acababa todo: autor de documentales, prologuista, biógrafo, autor de catálogos de arte, ha sido galardonado con diversos premios de poesía. Además de sus múltiples artículos, publicados en revistas internacionales, ha participado junto al Rey Juan Carlos y un grupo de Académicos de la Lengua, en la elaboración de siete programas de radio, sobre la vida y obra de Cervantes, como homenaje al “400 Aniversario” de la edición de la primera parte del Quijote. También es autor de un Radio documental, El Canto de los titanes, escrito por él y comentado por el escritor Mario Vargas Llosa.
Su amplísima obra, poética, ensayística, filosófica y narrativa, que se extiende desde su infancia hasta hoy mismo, es un fresco de su vida, de su peregrinar, de su visión del mundo... Ha publicado los poemarios: Decir la palabra, La fábula y el resplandor del ojo, Prontuario de la inocencia, Conversación con Karla, Poemas para la cara de una muchacha, Los poemas de las sombras y El Shofar del viento. Entre sus ensayos, La estructura del deseo y La teoría subliminal en las Culturas Mesoamericanas Y entre sus novelas: En las termas del Ángel y El otro lado de la nada, entre otros. Cuando supe, también de soslayo, que en tanta actividad se ocultaba un hombre joven le pregunté algo indignado: ¿es imposible que en tan pocos años sucedan tantas cosas...? y el sólo pudo esbozar como respuesta una suave sonrisa... Aquello no era todo: diplomático, conferenciante, periodista… ha participado también en numerosas misiones, ha impartido variadas conferencias, una de ellas mañana mismo en este mismo foro, y ha escrito cientos de artículos y crónicas...
Así que cuando leí algunas frases de El otro lado de la nada, entendí que el Dr. Lescayllers esconde, a modo de piedra filosofal, el misterio de la vida, y nos lo ha desvelado en su novela. Cito literalmente:

“Cristian Lomba sabía que el pensamiento no envejece, y que las ideas están encadenadas sin orden ni concierto. Que la vida está en lo visible y en lo invisible, pero que nadie la puede sostener, inflar, ni programar, como si se tratase de un reloj. Y que hay un día que es, y los demás nos sobran, o quedan ahí, plantados, como la semilla que después se hizo árbol, y al nacer en torno a él todo se hizo relativo, hasta que se perdieron las cuentas, o hasta que la memoria dejó de serlo, porque a todos nos llega, de una forma u otra, el inevitable instante de la partida.”

La realidad no existe, ni la ficción tampoco, viene a decir el autor. Por eso el todo y la nada pueden confluir.

Observemos la descripción física más disparatada e imposible jamás contemplada:

“Tiene unos bellos ojos verdes y una larga cabellera que a ratos es rubia, otros gris, a veces castaña y, en algunos momentos, negra como el azabache. Es menuda, pero bien formada y con una energía a prueba de caprichos”.

Rubia y azabache, camaleónica, menuda pero bien formada, enérgica y caprichosa.. Y todo parece pensarlo el narrador porque:

“Dudar es la gran tarea del hombre. Si no dudas y confías, se detiene el proceso de la creación, de la búsqueda y de la investigación”.

Y por investigar, por descubrir, Lescayllers pone en duda toda la creación, y probablemente esté en lo cierto, pienso yo, después de bucear por las páginas, porque, y cito de nuevo:

“La nada, también existe, y es la base del todo, en la misma medida que el todo es la base de la Rada, por consiguiente, ambas cosas conforman la unidad, única e indivisible del Universo”.

Y el perplejo y confundido lector descubre más tarde:
“...el camino más largo, no es aquel que hacemos, sino el que dejamos de hacer; quizás por eso pocos se aventuran a realizarlo”

Así que tampoco hacemos camino.., somos pura inconsciencia... Pero atención, sus personajes Cristian Lomba y Corsinios Matos tienen Según nos los presenta el narrador, una difuminada capa de irreales pero no renuncian a la voluntad que inspira al quehacer cotidiano de los hombres:

“...todos perseguimos la victoria, pero pobre de aquel que nunca han fracasado, porque, como la suerte no va siempre pareja por la vida, si no conoces los vaivenes y las dificultada cuando la adversidad te cae encima, el mundo se te acaba y entras en el reino de la desesperación y los desánimos, hasta quedar rendido...”

Menos mal que el narrador nos reconforta con un detalle humano, eso sí, un detalle que nos justifica como hombres, pero que unas páginas después queda desbaratado de nuevo.

No, no estamos rendidos de cansancio, no sentimos el mal porque somos puro sueño:

“El acto de llegar es muy complejo, una vez que llegamos o que cumplimentamos un deseo, inmediatamente, ya estamos sobre otro y eso es bueno, estar siempre saliendo, buscando el sitio donde acodar los sueños. Sueño digo, porque la vida es un constante soñar”.

Que pasa… qué es la vida... ¿somos solo un puro soñar? No venimos de ninguna parte, ni vamos hacia parte alguna… Fíjate, querido narrador: cuando estaba leyendo aquellas páginas cercano va el atardecer de un horizonte junto al mar, dejé, incapaz de impedirlo, que me invadiera una profunda desazón: no soy nada, ni nadie… Aquella noche tuve más hambre que nunca… me dije reconfortado: “ceno, luego existo”.

Naturalmente mi narrador amigo vino a darme las claves, ya avanzada la noche y las páginas. Y yo, a mi manera, he resumido los secretos en cinco citas literales:

Primero:
“...no todos tenemos la dicha de alcanzar la iluminación, porque no todos tenemos el coraje de desprendernos del pesado fardo de los apegos...”

Segundo:
“La mente, el pensamiento, es el secreto para la transformación. Si aprendiéramos a utilizar la mente con prudencia y no esclavizáramos el pensamiento el hombre sería otra cosa”.

Tercero:
Pero el hombre, desde el Jardín del Edén estás apurado siempre. Constantemente se está poniendo metas, y olvida que sus metas no significan nada porque las cosas importantes de este mundo escapan a su voluntad”.

Cuarto:
“Lo que el hombre ha logrado lo ha ido copiando aquí y allá, pero su perdurabilidad es efímera, como sus propios actos”.

Quinto:
“El miedo y el deseo son los peores enemigos de la inteligencia”.

Aquella tarde en que leí “El otro lado de la nada” recordé, página a página, porque ya lo había vivido, al hombre que Lescayllers lleva dentro: al apasionado por la vida y sus razones, por la atomización y al mismo tiempo, la universalización de los tiempos y los espacios, por la inteligencia y la vulgaridad, por el amor y el odio, por la existencia y la negación, por ese mundo de los sentidos y de la física, de la amistad y la enemistad.

Por las páginas de su novela vemos pasar situaciones cada vez más sorprendentes y soñadoras que seducen a la vez que entusiasman: palabras densas y suaves que paso a paso organizan un cálido universo de sensaciones y agonizan en el bien y el mal del todo y el caos.


Una novela anclada, por su forma, a la tradición de obras tan primitivas como “Los Denuestos del agua y el vino”, tan clásicas como “El diálogo de la lengua de Valdés”, o tan actuales como “Belarmino y Apolonio” de Ramón Pérez de Ayala.

Emparentada por su contenido con el clásico de Baltasar Gracián, “El Criticón”, y también con “Cándide de Voltaire”, en ese ambiente de novela intelectual. Y anudada, por lo que tiene de testimonio y de legado personal y de brevedad y condensación de ideas, con “San Manuel Buen Mártir” de Unamuno. El relato fluye por su delicadeza en la línea que Carmen Martín Gaitán inauguró en sus monólogos alternantes, en sus conversaciones solitarias de Retahílas.

Deseo que sean muchos los lectores que disfruten como yo con estas páginas con las ideas de esta pequeña gran novela del escritor Lescayllers. Novela del silencio, novela del viento, novela de la soledad, novela de la tarde, novela bañada por los océanos, novela de la nada.

“…cuando el silencio es cómplice, - vuelvo a citar- deja escuchar sus ecos para que el hombre sepa que no está solo ante el misterio”.

Menos mal, amigo narrador, menos mal que no estamos solos… Pero una vez más vuelves a descubrir la vida anegada y ya no queda novela para recuperar la vida porque:

“Ni la copa de un árbol, ni el filo de una piedra, ni una montaña donde sentarse, sólo había agua entre el cielo y la tierra, era como si algún océano celeste se hubiera desbordado en forma de lluvia”.

La noche que seguía a la tarde en que leí “El otro lado de la nada”, cené una confortante sopa de mariscos y una tortilla de espinacas, pero ya no puedo recordar si aquello fue cierto o no…

Enhorabuena por esta brillante obra y deseo que sean muchos los lectores que se deleiten, sin obsesión, con sus lúcidas páginas.



RAFAEL DEL MORAL.
Escritor y poeta español. Doctor en Filología y profesor de literatura, destacado lexicólogo y autor de numerosas obras didácticas (Enciclopedia Planeta de la novela española, Diccionario Espasa de Lenguas del Mundo, Manual del español coloquial, Diccionario temático del español, Atlas Léxico de la Lengua española) de ficción, Marta y los otros, Nieve en primavera, Quince historias de amor, Aires de tímida doncella) y ensayos ( Madrid en la novela, Breve historia de las lenguas, Mirada al español hablado) es traductor de inglés, francés e italiano. Profesor en diversas universidades del mundo, además tienes publicado en revistas y periódicos especializados, artículos, poesías y relatos.

1 comentario:

Ele Bergón dijo...

Es un lujo tener de presentador a Rafael del Moral y más en la Universidad de Moscú.

Felicidades a los dos.

Besos

Luz