QUE JUANES CANTE Y QUE LOS CUBANOS BAILEN.
Por: Ogsmande Lescayllers.
Escritor e xornalista.
A ninguna persona sensata que conozca y haya seguido la trayectoria de la llamada “disidencia cubana en el exilio”, le es ajeno el bochornoso y lamentable espectáculo que han montado en estos días entorno a la figura del cantautor de origen colombiano Juanes, residente en Miami, vórtice de estos adefesios cavernícolas, que viven instalados en el odio y la sinrazón. Como les conocemos y sabemos, de buena tinta que casi todos son o dicen ser católicos, apostólicos y romanos, tenemos claro, que para ellos no hay más ley que la del talión y su consigna es el ojo por ojo, quizás, por eso, todos van o actúan como ciegos, no de la vista, sino mentales, que en verdad esos son los peligrosos, porque el asunto no está en mirar, sino en pensar y, por lo visto, estos atorrantes han perdido la cabeza.
¿Qué sentido tiene hoy, en el siglo XXI, quemar imágenes, discos, o cualquier otra cosa porque una persona vaya a cantar a cualquier escenario del mundo? ¿Cómo alguien que dice ser cristiano va a usar la violencia de esa manera? Claro está, aprendida tienen las lecciones que les impartiera en sus días, el tristemente célebre George W. Bush, quien mientras ordenaba a asesinar al pueblo iraquí, torturaba en la base naval de Guantánamo y Abu Grhaib, apoyaba el genocidio sionista contra Palestina y otros sitios del planeta, pedía a Dios salvar a los Estados Unidos, besaba la mano del papa y asistía a misas; más desvergonzado no se puede ser.
¿Qué futuro puede esperarle a los cubanos, si un día, por desgracia para nuestro país, estos grupúsculos de idiotas fariseos llegaran a gobernar en la isla?
Si en verdad, en Estados Unidos existiera el honor, el orden y el respeto, los echarían a todos estos tipejos de ese país. Actos como el que están llevando a cabo en estos días contra Juanes, lo único que hacen es desprestigiar a la nación donde se realizan. Todos ellos son violatorios de la libertad, el respeto, la convivencia pacífica, los derechos humanos, la libertad de expresión y la tolerancia.
Se puede y se debe disentir de forma civilizada, a lo que no hay derecho es a agredir con tanta virulencia, a un ciudadano, sea quien sea este, porque vaya a cantar a un país con el cual yo no esté de acuerdo políticamente.
¿Qué tipo de comadreo es ese de andar mando cartitas infamatorias a algunos artistas de prestigio internacional, como es el caso del español Miguel Bosé para que no asista al llamado concierto por la paz en la Plaza de la Revolución en La Habana?
Conozco a Cuba profundamente: su historia, su cultura y su gente. Sé que pasó allí antes y después de la conquista/colonización. Lo cierto es que Jamás, a lo largo de la historia de esa nación habían existido personas tan ignorantes como estas que hacen llamarse “disidentes cubanos en el exilio”.
Si leemos el historial de uno o casi todos ellos, veremos cuántas miserias encierran.
Creemos que no existe en el mundo una oposición, con excepción de la Palestina, que sea más antigua y descabellada que esta, llevan ya 50 años esperando que los Estados Unidos o la Unión Europea le resuelva sus problemas para instalarse de nuevo en la isla, por lo visto y a tenor con sus acciones, si no cambian sus modos de pensar y sus puntos de vista sobre las cosas, permanecerán ahí sempiternamente.
Muchos de eso granuja piensan que porque tienen dinero y viven en los Estados Unidos de Norteamérica son superiores a cualquier otra persona. Imaginan que con ellos la isla sería un vergel, cosa que no es cierta, porque oportunidades hubo, pero como pasa hoy en muchos países de Latinoamérica, los oligarcas, terratenientes y latifundistas, lo único que han hecho es echar estiércol sobre esos sufridos pueblos. No es menos cierto que Cuba tuvo su momento de gloria, pero la verdad es que ha tenido muchos siglos de decadencia: ruina, hambre y miseria, promovidos, precisamente por personajes como esos que hoy ladran groseramente desde Miami.
Cuba es un país al que pertenecen 14 millones de habitantes, contando los de adentro y fuera de la isla. No es posible, ni se puede tolerar, que un grupo de mafiosos ignorantes quieran privar al pueblo de su derecho, ni de un lado ni de otro.
Está demostrado que la guerra no nos lleva a ninguna parte, por mucho que el pentágono, la OTAN o cualquier país militarizado del mundo lo piense. La violencia sólo engendra violencia. El odio es, quizás, de entro todas las enfermedades crónicas del mundo, la peor de ellas. La intolerancia es un desafío a la inteligencia ejercido por ignorantes.
El pueblo de Cuba quiero oír a Juanes y a todos los que vayan a ofrecer en la Plaza de la Revolución, ese concierto por la paz. Si el gobierno de la isla autoriza, nos guste o no, lo único que tenemos que hacer es unir nuestros deseos de paz, para ese concierto bajo la sombra de José Martí, sea todo un éxito. Eso es lo correctamente político. Esa es la mejor muestra de libertad, tolerancia, justicia y democracia que se le puede enseñar a un pueblo.
Si queremos vivir en un mundo mejor debemos empezar por ser mejores personas.
La política es una ciencia y estaría bien, para que los pueblos vivan en salud, que aquellos que no hayan hecho el recorrido, cierren el pico, o se queden guardados en casa, porque de lo contrario, ocurren cosas tan desagradables y desafortunadas como estas que está provocando, desde Miami, la llamada “disidencia cubana en el exilio”. Ahora más que nunca es oportuno, por la felicidad de nuestro pueblo, no tirar las cartas por bajo la mesa, sino ponerlas al descubierto, boca arriba.
Por: Ogsmande Lescayllers.
Escritor e xornalista.
A ninguna persona sensata que conozca y haya seguido la trayectoria de la llamada “disidencia cubana en el exilio”, le es ajeno el bochornoso y lamentable espectáculo que han montado en estos días entorno a la figura del cantautor de origen colombiano Juanes, residente en Miami, vórtice de estos adefesios cavernícolas, que viven instalados en el odio y la sinrazón. Como les conocemos y sabemos, de buena tinta que casi todos son o dicen ser católicos, apostólicos y romanos, tenemos claro, que para ellos no hay más ley que la del talión y su consigna es el ojo por ojo, quizás, por eso, todos van o actúan como ciegos, no de la vista, sino mentales, que en verdad esos son los peligrosos, porque el asunto no está en mirar, sino en pensar y, por lo visto, estos atorrantes han perdido la cabeza.
¿Qué sentido tiene hoy, en el siglo XXI, quemar imágenes, discos, o cualquier otra cosa porque una persona vaya a cantar a cualquier escenario del mundo? ¿Cómo alguien que dice ser cristiano va a usar la violencia de esa manera? Claro está, aprendida tienen las lecciones que les impartiera en sus días, el tristemente célebre George W. Bush, quien mientras ordenaba a asesinar al pueblo iraquí, torturaba en la base naval de Guantánamo y Abu Grhaib, apoyaba el genocidio sionista contra Palestina y otros sitios del planeta, pedía a Dios salvar a los Estados Unidos, besaba la mano del papa y asistía a misas; más desvergonzado no se puede ser.
¿Qué futuro puede esperarle a los cubanos, si un día, por desgracia para nuestro país, estos grupúsculos de idiotas fariseos llegaran a gobernar en la isla?
Si en verdad, en Estados Unidos existiera el honor, el orden y el respeto, los echarían a todos estos tipejos de ese país. Actos como el que están llevando a cabo en estos días contra Juanes, lo único que hacen es desprestigiar a la nación donde se realizan. Todos ellos son violatorios de la libertad, el respeto, la convivencia pacífica, los derechos humanos, la libertad de expresión y la tolerancia.
Se puede y se debe disentir de forma civilizada, a lo que no hay derecho es a agredir con tanta virulencia, a un ciudadano, sea quien sea este, porque vaya a cantar a un país con el cual yo no esté de acuerdo políticamente.
¿Qué tipo de comadreo es ese de andar mando cartitas infamatorias a algunos artistas de prestigio internacional, como es el caso del español Miguel Bosé para que no asista al llamado concierto por la paz en la Plaza de la Revolución en La Habana?
Conozco a Cuba profundamente: su historia, su cultura y su gente. Sé que pasó allí antes y después de la conquista/colonización. Lo cierto es que Jamás, a lo largo de la historia de esa nación habían existido personas tan ignorantes como estas que hacen llamarse “disidentes cubanos en el exilio”.
Si leemos el historial de uno o casi todos ellos, veremos cuántas miserias encierran.
Creemos que no existe en el mundo una oposición, con excepción de la Palestina, que sea más antigua y descabellada que esta, llevan ya 50 años esperando que los Estados Unidos o la Unión Europea le resuelva sus problemas para instalarse de nuevo en la isla, por lo visto y a tenor con sus acciones, si no cambian sus modos de pensar y sus puntos de vista sobre las cosas, permanecerán ahí sempiternamente.
Muchos de eso granuja piensan que porque tienen dinero y viven en los Estados Unidos de Norteamérica son superiores a cualquier otra persona. Imaginan que con ellos la isla sería un vergel, cosa que no es cierta, porque oportunidades hubo, pero como pasa hoy en muchos países de Latinoamérica, los oligarcas, terratenientes y latifundistas, lo único que han hecho es echar estiércol sobre esos sufridos pueblos. No es menos cierto que Cuba tuvo su momento de gloria, pero la verdad es que ha tenido muchos siglos de decadencia: ruina, hambre y miseria, promovidos, precisamente por personajes como esos que hoy ladran groseramente desde Miami.
Cuba es un país al que pertenecen 14 millones de habitantes, contando los de adentro y fuera de la isla. No es posible, ni se puede tolerar, que un grupo de mafiosos ignorantes quieran privar al pueblo de su derecho, ni de un lado ni de otro.
Está demostrado que la guerra no nos lleva a ninguna parte, por mucho que el pentágono, la OTAN o cualquier país militarizado del mundo lo piense. La violencia sólo engendra violencia. El odio es, quizás, de entro todas las enfermedades crónicas del mundo, la peor de ellas. La intolerancia es un desafío a la inteligencia ejercido por ignorantes.
El pueblo de Cuba quiero oír a Juanes y a todos los que vayan a ofrecer en la Plaza de la Revolución, ese concierto por la paz. Si el gobierno de la isla autoriza, nos guste o no, lo único que tenemos que hacer es unir nuestros deseos de paz, para ese concierto bajo la sombra de José Martí, sea todo un éxito. Eso es lo correctamente político. Esa es la mejor muestra de libertad, tolerancia, justicia y democracia que se le puede enseñar a un pueblo.
Si queremos vivir en un mundo mejor debemos empezar por ser mejores personas.
La política es una ciencia y estaría bien, para que los pueblos vivan en salud, que aquellos que no hayan hecho el recorrido, cierren el pico, o se queden guardados en casa, porque de lo contrario, ocurren cosas tan desagradables y desafortunadas como estas que está provocando, desde Miami, la llamada “disidencia cubana en el exilio”. Ahora más que nunca es oportuno, por la felicidad de nuestro pueblo, no tirar las cartas por bajo la mesa, sino ponerlas al descubierto, boca arriba.
2 comentarios:
No podría estar más de acuerdo con este artículo. Deseo que nunca lleguen al poder cubano, esos fariseos, oportunistas.
Un saludo.
Gio.
Mi querido Mandi, gracias por este artículo tan esperanzador. Y, como ya te deseé en Candás, toda la suerte del mundo en tu nueva andadura.
Mi afecto y mi abrazo, Mandi.
Juan
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