ESPACIOS NEUTROS.
Viajero yo también como esas nubes,
A veces me detengo bajo el sol.
Disuelvo los recuerdos que me excusan,
Armo trampas de olas, celosías,
Entre burenes de dudosas formas.
Pertinaz como el agua me revierto,
En la copa de un árbol o en la cuerda,
Del vigésimo sol de los ausentes,
Donde la luz es una imagen rota,
Hecha con artificios de madera,
Que en mi cama de piedra pare nombres,
Semejantes a sombras que se borran,
Bajo la bacanales de mis sueños.
Del triple salto que sale mi caída,
Al exaedro que aflora en mi garganta,
Doces notas de humos se interpolan,
Para diferenciar los costillares
Con los que los marinos hacen barcos,
Para cruzar los mares de la tierra,
A bocanadas, como los remolinos.
Viajo liviano en sábanas y arpegios.
Pulso la Cora para mover la escala.
Los triángulos se asustan de mi sombra.
Los dioses manipulan mis ungüentos.
Los ríos se preñan, cuando yo los miro;
Los ejércitos caen si los invoco.
Tan duro como el hierro o como el mármol,
Un fundo de palabras forma riadas,
Una mano desteje y teje a un tiempo,
Mientras la noche penetra por tus ojos.
La lógica no niega mi silencio.
La exactitud, no cabe en la palabra.
El aire se emancipa cuando hay viento.
El resplandor, se fuga y se desangra.
La cruz y el manantial brotan del fuego
Y entre renglones de púlpitos y hamacas,
Un hacha, un martillo, o una piedra,
Duelen cuando se ampollan en tu dedo.
Surtos de pan, mi pecho y mi garganta
Toman aire a la altura de la muerte,
Luego se desconvocan en mis labios,
A mitad de los huesos encrespados,
Cuando desfallecidas, las especies,
Inician otros ciclos de cuaresmas.
Cuando me vi anclado entre mi nombre
Y unas pesadillas cimarronas,
Plisadas en la huerta de mi pueblo,
Insistiendo volverme hacia otro puerto
Donde la mar no fuera mi camisa,
O donde el cielo no entrara en mi sombrero,
Porque me había encinchado los calzones,
De media humanidad entre los dedos.
De qué te sirve, exterminar a un vivo,
Si la vida también está en la muerte.
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