jueves, 19 de marzo de 2009

Tomado de Xornal.com.

Ogsmande Lescayllers.
Escritor e xornalista.

CUBA Y LOS EE.UU



En la vida es importante saber sacar cuentas, porque como decía el poeta, "el tiempo vuela". Quien no sabe sacar cuentas pierde la noción del tiempo y no se entera de lo ganado o lo perdido durante cierto y determinado período donde las cuentas han ido creciendo o disminuyendo, hasta llegar a un punto en el que pueden desbordarse o disminuirse hasta extinguirse absolutamente todo.
En política, además de saber contar, es muy importante conocer los tiempos, porque salvo algunos casos de rara o sospechosa cohabitación en y con el poder, lo lógico es que no se gobierne para siempre.
Una empresa bien llevada es aquella que produce beneficios y donde todos o casi todos sus empleados se sienten cómodos con las tareas o labores que se acometen. Pero cuando por un largo período de tiempo todo ha fracasado, y las tareas acometidas lo único que han hecho es crear disgustos, terribles discrepancias, daños a terceros y todo el capital invertido se ha ido a bolina, creemos que sólo un necio insistirá en mantener algo similar o parecido.
Algo semejante a lo anteriormente descrito ocurre con el famoso "Embargo Económico" unilateral impuesto por los Estados Unidos de Norteamérica, el país más poderoso de la tierra, contra el pueblo cubano, una nación pequeña, empobrecida, diezmada y hambrienta por siglos de historias y corrupción, subdesarrollo y dictaduras. Sin embargo, Cuba y su pueblo han sabido afrontar con gallardía el horror impuesto por el "enemigo imperialista" y, desde 1962 hasta la fecha está firme y decidida. No transige ni se arredra. El embargo sólo sirve para alimentar el espíritu patriótico, por un lado, y el patriotero por otro, de quienes todo lo que ocurre en la isla, con razón o sin ella, se lo endosan al fantasma del "embargo económico".
En Cuba y en muchas partes del mundo nadie está de acuerdo con esa medida como medio de presión, que según el Pentágono y lo círculos de poder en los Estado Unidos, se ha tomado presumiblemente para que Castro desista y haga cambios democráticos, y/o abandone el poder que ostenta desde hace 50 años agobiado por la escasees y las estrecheces económicas de los cubanos. Olvidan que Castro es el poder, no el pueblo, que es en definitiva, el afectado por cualquier medida de presión contra la isla. Porque no se puede perder de vista que en Cuba lo que hay es una dictadura y no un gobierno democrático, donde los horizontes tienen otras tonalidades.
Asfixiar económicamente a un pequeño país como es Cuba, por una potencia mundial, o por cualquier otro organismo o institución internacional, nos parece que es inhumano e inmoral. Nadie tiene el derecho, por más poderoso que este sea, para obligarles y condenar a un pueblos a sufrir hambre e inanición para que desista de un ideal, sobre todo cuando esas medidas van directamente en contra de los ciudadanos que nada tienen que ver con tales asuntos y que están ajenos a los intereses de los que ejercen el poder en una u otra dirección.
Un diálogo entre la Casa Blanca y La Habana, necesariamente tiene que basarse en el respeto mutuo, teniendo en cuenta cuáles son los intereses de cada uno y sabiendo, que sobre la base de la fuerza, no se sacará nada de ninguna de las dos partes. Tiene que existir voluntad de acuerdos, deseos de cambio y búsqueda de soluciones, porque de lo contrario siempre estaremos en las mismas. Sabemos cuales son las cosas que nos separan, ahora lo que interesa es encontrar los puntos de unión y entendimientos.
Las actuales medidas tomada por Obama son débiles y sumamente frágiles, aunque no es menos cierto, que abren una pequeña ventana hacia la esperanza. Ahora falta saber de qué modo las toma el gobierno de la isla. Porque imaginamos que empezarán por decir quiénes pueden o no visitar el país, como si la nación cubana fuera su coto personal.
También algunas empresas podrán vender alimentos y medicinas sin las restricciones que pesaban sobre ellas, impuestas por el gobierno de George Bush, pero que el embargo seguirá como medida de presión. Desde luego, ni qué decir si la cuestión es así, el gobierno norteamericano seguirá cometiendo la misma estupidez de siempre e incluso, el error ahora será todavía mayor, pues no se pues de sostener lo insostenible, sólo con el pretexto de presionar a alguien que jamás se ha sentido presionado.
El gobierno de las isla, según manifestó su presidente Raúl Castro en el "50 Aniversario de la Revolución", está dispuesto y preparado para estar ahí 50 años más. Desde luego, el asunto no es digno de comentario, porque sería darle importancia a una estupidez. Ya no un tonto, sino alguien sin cerebro es capaz de decir semejante cosa, pero bueno, algunos no hacen más que soñar con fantasmas, porque ignoran que el cambio es lo único perdurable.
Obama no debe de peder de vista a Cuba y al pueblo cubano, por dos razones: allí está Guantánamo, un territorio cubano convertido en cárcel de detención ilegal y en campo de torturas de los Estados Unidos, un país que dice defender los derechos humanos y respetar el imperio de la ley y, por otro lado, allí existe una nación privada de democracia y libertad, donde no se respetan los derechos del hombre y que ha permanecido por más de 50 años, aherrojada bajo los designios de una dictadura.
Texto: Ogsmande Lescayllers.

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