sábado, 17 de julio de 2010

Texto y foto Ogsmande Lescayllers, del libro " La esencia de la tierra"

Mosaico sirio.
ESTELA IMAGINARIA.
Para Blanca A. Chávez,
Tu vocación de túnel, horizonte y montaña,
Alargan tu silueta cuando vas por las calles.
La ceniza se enreda, se adhiere a tu cintura
Y el mar desencadena una tormenta de olas.

Las sombras se deshacen cuando la luz retorna
A las cuñas del tiempo donde la luz renace.
Allí lo que es antiguo se vuelve primavera
Y la estación del viento levanta sus pizarras.

Más adentro, las voces de la melancolía,
Danzan entre las flores que trae la madrugada,
Para que cuando lleguen los días del encuentro
La voz tenga sonidos y aliento la palabra.

Las perchas, tan de modas, para envolver conjuros,
Atávica leyenda de lo inconmensurable;
Pétalos perfumados que se hacen manantiales,
Para poblar la tierra de ríos subterráneos.

No al dos que hace de tres y representa al uno;
Sí, a ese uno imperfecto que responde por todos
Y cuando el mar engendra caracolas y arbustos,
Las olas se sumergen para bailar con ellos.

Tú eres la piel trenzada de tantas Patagonia,
La escala arborescente de tantas lejanías,
El silbo permanente de tus palabras sueltas,
La cálida sonrisa y el álbum de la vida.

Tú concilia el silencio, la ausencia, la distancia,
Desde tu florescencia el sol tiende sus brazos
Y moja tus cabellos con los óleos del viento,
Cuando los arco iris te van acariciando.

Todo amanece en ti,
Como una flor temprana
Tu vocación es vida;
Tu luz, la madrugada.
Los pies que te signaron andan sin dejar huellas,
Tu huella es la ternura que construye palabras.

Cómo no alimentarme con el pan de tus labios,
Si tu boca es un cántaro de fresca leche que alza,

Los resortes del mundo,
Que hacen mis noches claras.

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