LA ESENCIA DE LA TIERRA.
Para Blanca de la Caridad Acuña.
"A nadie te pareces, desde que yo te amo".
Pablo Neruda.
Ella es, la esencia de la tierra.
Perdura en mis deseos,
Habita en mi alma,
Es un lago apacible en mi memoria
Que hace el edén perfecto de mis ansias.
Tejida entre mis sueños como un nido,
Huele a madera verde
Y es tan tierna,
Que los frutos del bosque la cobijan.
Las flores son quizás,
Menor que ella,
Porque sus ojos claros como el aire,
Me indican el naciente y el poniente
Y se hacen horizontes en los míos.
Su paladar,
Sus labios,
Sus palabras,
Con silvestre intensión me besan hondo;
Más hondo que la vida y sus afluentes,
Y es tan real
Su gana de quererme,
Que se aclimata en mí,
Como una niña,
Aquí en mi corazón y en mis sentidos.
Besarla y sostenerla,
Hacerla mía,
Sobre el hervor del tiempo y la memoria,
Sabedor de los vértigos del alma,
De la distancia entre mar y tierra
Y un espacio carnal como sus labios,
Que arden sobre los míos brutalmente.
Siempre nos queda dios,
Cuando la ausencia
Se interpone en la senda que llevamos.
Ella es mi melodía,
Yo le canto,
Canciones y poemas hechos alhajas,
Finos como la seda,
Más dulces que la miel
Y más hermosos,
Que las constelaciones de mis sueños.
Ella es y será la esencia de la tierra.
La quiero así, vestida de aguinaldos:
Frutal en mi ansiedad,
Lumbre en mi almohada,
Echada sobre mí,
Con tal perfume,
Que el néctar de su olor
Amaina el viento de este huracán,
Tan de los dos;
Tan mío,
Tan de nadie,
Como este amor sin nombre ni fronteras
Que habita entre nosotros
Y es tan nuestro,
Que sólo ella y yo lo conocemos.
Pablo Neruda.
Ella es, la esencia de la tierra.
Perdura en mis deseos,
Habita en mi alma,
Es un lago apacible en mi memoria
Que hace el edén perfecto de mis ansias.
Tejida entre mis sueños como un nido,
Huele a madera verde
Y es tan tierna,
Que los frutos del bosque la cobijan.
Las flores son quizás,
Menor que ella,
Porque sus ojos claros como el aire,
Me indican el naciente y el poniente
Y se hacen horizontes en los míos.
Su paladar,
Sus labios,
Sus palabras,
Con silvestre intensión me besan hondo;
Más hondo que la vida y sus afluentes,
Y es tan real
Su gana de quererme,
Que se aclimata en mí,
Como una niña,
Aquí en mi corazón y en mis sentidos.
Besarla y sostenerla,
Hacerla mía,
Sobre el hervor del tiempo y la memoria,
Sabedor de los vértigos del alma,
De la distancia entre mar y tierra
Y un espacio carnal como sus labios,
Que arden sobre los míos brutalmente.
Siempre nos queda dios,
Cuando la ausencia
Se interpone en la senda que llevamos.
Ella es mi melodía,
Yo le canto,
Canciones y poemas hechos alhajas,
Finos como la seda,
Más dulces que la miel
Y más hermosos,
Que las constelaciones de mis sueños.
Ella es y será la esencia de la tierra.
La quiero así, vestida de aguinaldos:
Frutal en mi ansiedad,
Lumbre en mi almohada,
Echada sobre mí,
Con tal perfume,
Que el néctar de su olor
Amaina el viento de este huracán,
Tan de los dos;
Tan mío,
Tan de nadie,
Como este amor sin nombre ni fronteras
Que habita entre nosotros
Y es tan nuestro,
Que sólo ella y yo lo conocemos.
2 comentarios:
Poema para antes y después de amarse, para amar el amor que se crea amando. ¡Maravilloso, Mandy! Amar así es una lujo y una valentía.
Un abrazo de tu amiga Elena
Me sumo al comentario de Elena y añado.¿Cómo me gustaría que me amaran así y que yo amara así porque hacerlo es aún mayor privilegio porque tan bello es amar como ser amado. Un abrazo Mandy de tu amiga Carmen de Silva
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