domingo, 3 de marzo de 2013

Texto Ogsmande Lescayllers. Analista político.

                                                         


YOANI SÁNCHEZ Y EL MERCADO DE LA BASURA.
    Por Ogsmande Lescayllers.
Cuando se hace valer lo que no vale la quiebra del mercado está garantizada. “La mercancía es la expresión monetaria del capital” decía Carl Marx, pero Marx dijo mercancía, no basura. Indudablemente la basura hoy también tiene su precio, la basura como objeto de compraventa; ese es el caso de la bloguera cubana Yoani Sánchez: basura de consumo Made In USA, con el fin de  convertir la bazofia en abono para terrenos infértiles, entiéndase: mentes vacías, odios viscerales, cabezas huecas, enemigos fracasados, cubanos Made In USA.
Me gustaría saber en qué mundo vive Yoani Sánchez y a qué tipo de patria aspira. Porque quien denigra a su patria y abraza la causa de los enemigos de esta o es un oportunista, un necio un payaso de feria o quizás todas estas cosas juntas. Porque, somos sabemos, la estupidez humana no tiene límites.
¿Puede alguien que esté en sus cinco sentidos, pensar que la patria le agradece conspirar contra ella mintiendo reiterada e impune mente?
Las frivolidades de Yoani Sánchez y el show mediático que la sustenta son bochornosos, sobre todo si conocemos y analizamos la situación de los gobiernos y los países por donde se mueve.
Claro que Cuba tiene problemas, muchos problemas con el sistema democrático, los derechos humanos y las libertades en los medios de comunicación, eso para nadie es un secreto, pero estos mismos problemas no son en nada distintos a los que ocurren en cualquier país de Europa y ni siquiera se aproximan, en cuánto a libertades y derechos, que los que ocurren cotidianamente en los Estados Unidos de Norteamérica. Allí, como en ninguna otra parte del mundo están concentradas todas las mafias del planeta, y el 73,25% de todos los males que acarrean la humanidad: drogas, violencia, desamparo, torturas, miseria, asesinatos, armas, analfabetismo, desamparo sanitario,  racismo, paro, etc. ¿Esta es la sociedad a la que aspira Yoani Sánchez y en la que pretende vivir como bloguera? Creo que un tonto con encefalograma plano lo tendría más claro.
Desde luego, sólo de leer lo que escribe y sobre todo, cuando escuchamos los argumentos de Yoani, nos damos cuenta de quienes son sus profesores de kínder.
Para aquellos que desde el exterior pagan y malgastan su tiempo y sus dineros considerando que Yoani Sánchez es un triunfo, sepan que se equivocan. No se puede hacer patria con antipatriotas. Entiéndase de una vez y por toda, Cuba, en contra de lo que piensan estos “avispados” de la propaganda y manipuladores de la política, e incluso la propia Yoani Sánchez, que por lo visto no se acaba de enterar, es una Nación culta y civilizada que no se traga fácilmente el cuento ni el chiste de los necios.
Internet, las nuevas tecnologías, ni las técnicas más sofisticadas del mundo pueden reducir a esclavo a un pueblo que ha elegido su destino; a un pueblo que por más de 50 años ha sido bloqueado comercial y financieramente  por la mayor potencia económica y militar del planta y sin embargo sigue en pie de lucha. Creo que Yoani Sánchez, sin serlo, es la periodista mejor financiada del mundo y todos por mentir y difamar. Ya lo dije, la basura también tiene su precio, sobre todo entre aquellos que se alimentan y comercian con ella.


sábado, 2 de marzo de 2013

Texto de Ogsmande Lescayllers, Analista Político.

    




 LOS CAMBIOS EN CUBA.
Por Ogsmande Lescayllers.
      Analista político.

En política los tiempos tienen su valor y su peso específico. Los cambios no se dan simplemente por cambiar, sino cuando corresponde hacerlos. No olvidemos que la política parte de un entramado de ideas y acciones todas ellas encaminadas a un fin o a un proyecto de partido. En Cuba, donde los políticos tienen menos desgastes, al no estar expuestos a la mecánica individual, sino el colectivo, los cambios suelen hacerse en tiempos verdaderamente largos, ese desgaste se produce fundamentalmente por la edad biológica de los dirigentes y no por el vacío de las ideas, que no están en mano de una persona, sino en la base de la organización.
Los cambios realizados por el presidente Raúl Castro de momento parecen eficaces, aunque no lo veo así con respecto al nuevo presidente del Parlamento Cubano Esteban Lazo Hernández. En mi modesta opinión ese puesto debía estar representado por un legislador joven, de los tantos que hay en la isla, que esté en sintonía con el Vicepresidente Primero, Miguel Días-Canel y el actual canciller Bruno Rodríguez Parrilla. Ese trío sería de gran apoyo para el presidente, en cuanto al fluir de las nuevas ideas y las líneas de actuaciones que han de llevarse adelante en el país. Lazo puede que sea un buen político y excelente militante, pero en estos tiempos de cambios serios, serenos y profundos, en los que está enfrascado el país, lo que se necesita para el bien de la Nación, es la presencia de un buen legislador a la cabeza de la Asamblea del Pueblo. No olvidemos que es ahí, y no en otra parte, donde radica el Poder Popular, el alma de la Nación Cubana.
Los cambios que se están operando a nivel mundial, tanto en lo ideológico, como en la esfera económica, mercantil, financiera y, sobre todo, en el orden social, requieren de los gobiernos y parlamentos nacionales la presencia de hombres serios, cultos y capaces, que solucionen las ingentes demandas de la población mundial. Los gobiernos debían seleccionar a personas, no ya solo a fin a su ideología, sino a tecnócratas capaces de solucionar problemas estratégicos, porque la crisis de valores que estamos viviendo no se resuelve con discursos ni con recetas mágicas, sino con trabajo. Y ha de ser, la relación trabajador-empresa, uno de los valores donde más y mayor empeño se ponga.
Si algo tiene Cuba por encima de cualquier otro país del mundo es mano de obra calificada. Si algo tienen los cubanos, por encima de otras naciones del mundo, es deseo de hacer y progresar. Esta es, y no otra, en ara de medir los tiempos políticos y las condiciones históricas materiales, la hora de Cuba. Sería una pena dejar pasar este momento, porque como nos a anunció nuestro José Martí: “Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz”.
Quienes quieran seguir en la oscuridad o viviendo en las penumbras que se hagan a un lado. El sol que pasa sobre la isla jamás ha desviado su trayecto. Es el momento de convertir nuestros sueños en soles y que sea la luz quien nos presida.
También es la hora y creo que el momento idóneo, para que los cubanos de uno y otro lado, de una y otra ideología, nos pongamos de acuerdo por el bien de la Nación, porque si queremos patria tendremos que construirla todos juntos, sin mediación interesada de segundas o terceras naciones. Porque el triunfo de Cuba es para los cubanos, por encima de credos religiosos, ideologías, filiación política, raza o cualquier otro tipo de interés.
No es llorando nuestras feas miserias por países ajenos, ni denigrando a nuestros dirigentes en escenarios fueras de los nuestros, como vamos a resolver los problemas que nos aquejan. La acción, por más dolorosa e incómoda que esta sea, ha de hacerse desde la tierra, con ánimos de construir y unir, no de rivalizar.
Para los ideólogos y críticos que piensan que los cambios en Cuba no pasan de ser un mero maquillaje, les preguntaría si ellos han sido capaces, al menos de hacer ese tipo de acción, porque hasta donde sé, jamás dan su brazo a torcer y un necio, esté donde esté, nunca dejará de serlo por más adornos que le pongan.
“Los pinos nuevos”, son los llamados a construir la patria nueva, sin desechar el tronco viejo que extendió sus ramas para cobijarlos.